Nació en la época de los primeros hombres. Un equipo de astrónomos estadounidenses anunció en la revista Naturaleza este miércoles habiendo descubierto el planeta más joven jamás visto en nuestro cielo. IRAS 04125 + 2902 b, también llamado TIDYE-1b, tiene sólo 3 millones de años. En comparación, esto es 1.500 veces menos que nuestra Tierra, que tiene 4.500 millones de años, explica Universe Today.
90 veces más masivo que la Tierra
TIDYE-1b fue descubierto por Madyson Barber, astrónomo de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y autor principal del estudio, utilizando el telescopio TESS de la NASA y el método de tránsito. Esta técnica, que ya se ha utilizado en el pasado para detectar una decena de exoplanetas con edades comprendidas entre 10 y 40 millones de años, consiste en identificar un planeta por la reducción de brillo que provoca cuando pasa por delante de su estrella. Esto permite identificarlo pero también estimar algunas de sus características, incluido su tamaño.
Según los datos proporcionados en la publicación científica, TIDYE-1b es diez veces más grande que la Tierra y su tamaño se acerca más al de Júpiter. Su masa, sin embargo, sería mucho menor, correspondiendo sólo a un tercio de la del gigante gaseoso, o 90 veces la de la Tierra. Orbita muy cerca de su estrella situada en la nube molecular de Tauro, dando vueltas en poco menos de nueve días.
Varias especificidades
Este descubrimiento es notable por varias razones. En primer lugar, porque es particularmente raro observar planetas orbitando estrellas tan jóvenes. A menudo permanecen ocultos durante al menos 5 millones de años en el disco protoplanetario, es decir, el campo de desechos gaseosos y polvorientos que orbitan alrededor de una estrella y a partir del cual se forman los planetas. La forma plana de este disco también explica por qué los planetas generalmente gravitan en el mismo plano.
“Pero aquí el disco está inclinado, desviado tanto del planeta como de su estrella”, describió Andrew Mann, profesor asociado de la UNC-Chapel Hill. Es esta particularidad la que permitió revelar este planeta a los investigadores tan pronto. Además de proporcionar pruebas definitivas de que los planetas pueden formarse antes de que una estrella alcance la edad de 10 millones de años, el descubrimiento de TIDYE-1b “pone en duda nuestra comprensión actual sobre la formación de planetas”, estimó el profesor.
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