“En 2023, nunca ha habido tan pocas personas que contraigan el VIH desde finales de los años 1980”, el apogeo de la epidemia de sida, resumió el martes ONUSIDA, responsable de la enfermedad en las Naciones Unidas, en su informe anual. Aunque este descenso se considera todavía demasiado lento, según la agencia.
Entre un millón y 1,7 millones de personas estarán infectadas por el VIH en 2023. Es este virus el que, en la última fase de la infección, causa el SIDA, cuando la vida del paciente se ve amenazada por múltiples enfermedades oportunistas contra las que su organismo ya no sabe defenderse.
El objetivo es erradicar la epidemia para 2030
Las muertes por sida (algo más de 600.000 según las estimaciones de la agencia) también se encuentran en su nivel más bajo desde su punto máximo, hace unos veinte años. A pesar de esta tendencia favorable, la agencia, que se ha fijado el objetivo de erradicar prácticamente la epidemia de aquí a 2030, considera que este progreso es demasiado lento. En todo el mundo, alrededor de diez millones de pacientes infectados no cuentan con tratamiento antirretroviral, una terapia cuyo despliegue ha permitido a innumerables personas vivir con la enfermedad.
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Y, si bien la llegada más reciente de tratamientos preventivos – conocidos como PrEP – ha acelerado aún más los avances contra la enfermedad, su despliegue “sigue siendo muy lento” allí donde las infecciones progresan más rápidamente, lamenta la agencia. “Sólo el 15% de las personas que la necesitan recibirán la PrEP en 2023”, calcula ONUSIDA, destacando en particular que la legislación anti-LGBT, como la de Uganda, disuade a las personas en riesgo de buscar estos tratamientos.
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