El Gobierno japonés está a punto de adoptar el viernes un plan de recuperación equivalente a 136.000 millones de euros para aumentar el poder adquisitivo de los consumidores y estimular el lento crecimiento, menos de un mes después del amargo fracaso electoral de la coalición en el poder.
Este plan de 22 billones de yenes será aprobado formalmente al final del día por el ejecutivo, anunció el portavoz del gobierno, Yoshimasa Hayashi. Luego tendrá que recibir luz verde del Parlamento, donde el Gobierno ya no tiene mayoría.
El paquete previsto incluye subvenciones a la energía y al combustible, paquetes de ayuda de hasta 30.000 yenes (186 euros) para hogares de bajos ingresos, así como ajustes fiscales, según medios locales.
El impacto general podría alcanzar los 39 billones de yenes si se suman los préstamos y las inversiones del sector privado, dijo Hayashi.
Todo se financiará con mucho gasto público adicional – unos 13,9 billones de yenes según el portavoz -, lo que requerirá un presupuesto revisado que se votará a finales de diciembre en el Parlamento.
“Nuestro objetivo es alejarnos de una economía sujeta a reducciones de costes y pasar a una economía de creación de valor añadido”, dijo Yoshimasa Hayashi a la prensa.
-Ira contra la inflación-
El primer ministro Shigeru Ishiba prometió, tras su nombramiento a principios de octubre, apoyar a los hogares de bajos ingresos y a quienes crían hijos, revitalizar las regiones rurales y relajar las normas sobre los horarios de trabajo.
Sin embargo, sufrió un duro fracaso en las elecciones legislativas anticipadas de finales de octubre: su partido, el Partido Liberal Democrático (PLD, conservador) y su pequeño aliado Komeito no lograron conservar la mayoría absoluta en la cámara baja del Parlamento.
El descontento por el aumento de los precios al consumo, que persiste en el archipiélago desde hace unos dos años y medio después de décadas de inflación casi inexistente, pesó mucho en la votación.
Y el crecimiento del PIB en la cuarta economía del mundo sigue perdiendo fuelle (sólo un 0,2% interanual en el tercer trimestre).
Necesitando el apoyo de una parte de la oposición para adoptar su plan de recuperación en el Parlamento, el gobierno de Ishiba incluyó medidas exigidas por el Partido Democrático Popular (PDP, centro), en particular un aumento del límite máximo de la renta imponible.
Según el partido de la oposición, esta medida alentará a los empleados a tiempo parcial, en particular a los jóvenes y estudiantes, a trabajar más para ganar más, limitando así la escasez de mano de obra y fomentando el consumo.
Pero sus detractores temen que este sistema reduzca los ingresos fiscales en varios billones de yenes, mientras que el ratio de deuda de Japón (más del 200% del producto interior bruto) es ya uno de los más altos del mundo, y que el envejecimiento de su población aumenta la presión sobre las finanzas públicas.
El banco central japonés también comenzó este año a aumentar sus tipos oficiales, que durante mucho tiempo permanecieron casi en cero: esto hará que la montaña de deuda sea cada vez más costosa para el Estado, observa Yoshimasa Maruyama, economista de SMBC Nikko Securities.
Los recortes de impuestos “deben ir acompañados de una fuente permanente de ingresos”, insiste Maruyama.
-Soporte de IA-
En un futuro inmediato, este plan suscita reacciones encontradas en las calles de Tokio: “Hoy en día, no sólo las familias con ingresos bajos, sino también las familias con ingresos medios necesitan más medidas de apoyo”, lamentó a la AFP Hisaki Sato, un hombre de 46 años. .
Katsuhiro Hirakawa, un residente de Tokio de 63 años, dijo que el gobierno debería “pensar cuidadosamente por qué necesita más ingresos fiscales, o cómo puede reducir el gasto innecesario, antes de tomar decisiones sobre el presupuesto”.
Los economistas temen que la presión de los partidos de oposición obligue al gobierno minoritario a conceder generosas ayudas a hogares y empresas sin proporcionar ingresos fiscales equivalentes… sin abordar los problemas estructurales para hacer el país más competitivo.
El gobierno también está preparando un plan separado de 10.000 millones de yenes (61.000 millones de euros) en fondos públicos hasta 2030 para apoyar el crecimiento de la inteligencia artificial y la producción de semiconductores en el archipiélago.
Según los medios de comunicación, el gobierno planea adquirir una participación de 200 mil millones de yenes en la empresa japonesa Rapidus, especializada en chips de nueva generación.
