Este jueves por la tarde, el presidente chino, Xi Jinping, hizo escala en Marruecos, marcando un momento estratégico en su regreso de un viaje diplomático a América del Sur. Una visita esclarecedora, pero con varios significados.
Tras participar en la Cumbre del G20 en Río de Janeiro y realizar una visita oficial a Perú, esta inesperada parada de Xi Jinping en el reino cobra especial significado. Ilustra el fortalecimiento de las relaciones chino-marroquíes y abre el camino a debates estratégicos sobre importantes temas económicos y geopolíticos, incluida la cuestión del Sahara.
Económicamente, Marruecos se ha consolidado como un socio estratégico de China en África, particularmente en el marco de la iniciativa “Belt and Road”. Gracias a su posición geográfica privilegiada entre Europa, África y el mundo árabe, el reino se ha convertido en una puerta de entrada imprescindible para las ambiciones chinas en el continente africano.
Esta escala simbólica podría dar lugar a grandes proyectos en infraestructuras, energías renovables y tecnologías de vanguardia. A cambio, China se beneficiaría de la experiencia marroquí en la cooperación Sur-Sur y de su creciente papel como centro regional.
Aunque China ha mantenido históricamente una posición neutral sobre la cuestión del Sáhara, esta medida podría marcar un avance sutil. En un contexto internacional en el que el reconocimiento del carácter marroquí del Sahara está ganando terreno, especialmente tras la reciente decisión de Francia, Pekín podría considerar reforzar implícitamente su apoyo a Rabat. Semejante postura sería parte de una lógica de no interferencia y al mismo tiempo de apoyo a un socio estratégico.
La acogida dada al presidente Xi Jinping, aunque en un ambiente restringido, demuestra la importancia estratégica que Marruecos concede a esta visita. Las autoridades marroquíes han aplicado medidas de seguridad reforzadas, en particular en las principales arterias de Casablanca, donde la fuerte presencia de agentes de policía demuestra la importancia de este distinguido huésped.
Aunque esta visita no es una visita de Estado en sentido estricto, tiene un importante peso simbólico y estratégico. No sólo podría profundizar las relaciones económicas y políticas entre Marruecos y China, sino también influir en la dinámica regional. Este encuentro, breve pero significativo, es parte de una visión común de cooperación beneficiosa para todos, fortaleciendo la posición de las dos naciones en la escena internacional.