Varios familiares del escritor franco-argelino no saben nada de él desde su partida hacia Argel el pasado sábado.
¿Fue detenido el escritor franco-argelino Boualem Sansal a su llegada a Argel procedente de París el pasado sábado? Sus editores y varios de sus familiares en Francia están preocupados, ya que no han sabido nada de él desde hace seis días. Según nuestras informaciones, la embajada y el consulado de Francia en Argel también están intentando aclarar su situación.
Boualem Sansal, 75 años, novelista y ensayista censurado en Argelia por sus escritos muy críticos con el poder, viaja regularmente entre Argelia y Francia, cuya nacionalidad obtuvo recientemente. Por motivos relacionados con la salud de su esposa, se ha instalado allí de forma más permanente en los últimos tiempos, pero sigue yendo y viniendo entre ambos países. Sansal, objeto de fuertes críticas en las altas esferas del poder, pero una personalidad conocida y apreciada por la población, vive en la modesta ciudad de Boumerdes, a 45 kilómetros al este de Argel, sin haber tenido hasta ahora ningún problema con las autoridades. Según una fuente en París con retransmisiones en Argelia, su casa de Boumerdes permanece cerrada, con las puertas y las contraventanas cerradas.
Tensiones entre París y Argel
Boualem Sansal habría despegado de París el pasado sábado en compañía de un periodista francés o franco-argelino cuya identidad no ha sido confirmada. Tampoco ha dado noticias desde su aterrizaje. Según fuentes no confirmadas oficialmente hasta el momento, fueron detenidos en el aeropuerto de Argel y sus teléfonos móviles ya no responden, probablemente desconectados.
Jean-François Colosimo, editor de su último libro, “¡El francés, hablemos de él!” (El Venado) se dijo “más que preocupado”. Arnaud Benedetti, redactor jefe de Political and Parliamentary Review, en el que colabora Boualem Sansal, también tuiteó su preocupación, llamando “Francia para reaccionar” si se confirma la información.
Si el escritor es detenido por la Seguridad argelina, como sospechan sus allegados, el Elíseo y el Quai d’Orsay no deberían dejar de pedir explicaciones al gobierno argelino. Este sería el último episodio de una relación cada vez más tensa entre París y Argel, especialmente desde el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
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