Malas notas en el colegio, un calvario en casa. Un padre de Berna acaba de ser condenado por golpear periódicamente a su hijo, supuestamente por sus resultados escolares. La orden penal (OP) presenta un panorama escalofriante: además de bofetadas y patadas, el hombre de 49 años había utilizado en particular un palo, un cinturón o incluso una correa para infligir castigos corporales a su hijo.
Este abuso, que duró aproximadamente un año y medio, fue finalmente descubierto por las autoridades de protección de menores, que denunciaron el caso ante la fiscalía de Berna. El hombre de cuarenta años fue multado con 800 francos y tendrá que pagar las costas del proceso. El OP no especifica si al acusado se le quitó la custodia de su hijo.
Según Mischa Oesch, psicólogo del servicio de protección infantil del Inselspital de Berna, este tipo de situaciones de abuso no son inusuales. La especialista calcula que cada año se descubren unos ochenta casos en su departamento. A ellas se suman las situaciones denunciadas por docentes o trabajadores sociales, por ejemplo. Sin mencionar que muchos casos pasan desapercibidos.
Y no es raro que estos abusos se cometan para “mejorar” el rendimiento académico de los niños: “algunos padres no entienden que las palizas no hacen que los niños sean más inteligentes ni les hacen esforzarse más”, señala Mischa Oesch. Por el contrario, la violencia tendría un impacto perjudicial sobre la concentración, la motivación para aprender o incluso el control de las emociones. A medida que crecen, las víctimas de abuso presentan con mayor frecuencia problemas de salud como estrés postraumático, adicciones, depresión o incluso ansiedad, según la psicóloga.
Las clínicas pediátricas suizas identificaron 2.097 casos de abuso de niños y adolescentes en 2023, según un informe elaborado por la Sociedad Suiza de Pediatría. Esta cifra supone un incremento, el tercero consecutivo, del 11% respecto al año anterior. Los casos de maltrato psicológico son los más numerosos (31,8%), por delante de las situaciones de abandono (28%) y de maltrato físico (26,3%). Cabe señalar que la mayor parte (77,6%) de estos malos tratos se producen dentro del ámbito familiar.
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