Aún buscada activamente después de que sus tres hijos fueron encontrados sin vida el martes en Taninges, en Alta Saboya, la madre podría haber huido a Suiza. También tiene pasaporte suizo.
“La doble nacionalidad franco-suiza de la madre dirigió el trabajo de los investigadores hacia Suiza. Según nuestras informaciones, las investigaciones de los gendarmes habrían permitido confirmar la huida de la madre a Suiza”, escribe “Le Dauphiné”.
Según el diario francés, esta mujer de 45 años conduce un SUV Audi marrón. La información habría sido transmitida a las autoridades suizas.
Al mismo tiempo, “la búsqueda continúa” en los macizos que rodean el pueblo francés para encontrar a este profesor de 45 años calificado de deprimido, con la movilización de unos sesenta agentes de policía, supo la AFP por medio de la gendarmería francesa. También se enviaron buzos al lugar para sondear los puntos de agua.
Sin embargo, la policía ya no estaba presente el miércoles por la mañana en Taninges, frente al gran chalet donde vivía la familia mixta, situado al final de un callejón sin salida en una aldea al pie de las montañas, constató la AFP. El helicóptero que volaba el día anterior para ayudar en la búsqueda tampoco era visible.
Los cuerpos de las tres víctimas, dos niños de 2 y 11 años y una niña de 13 años, presentaban heridas de arma blanca. Las autopsias y los exámenes complementarios deben ser realizados por el Instituto Forense de Grenoble.
Se ha abierto una investigación flagrante por “homicidios voluntarios”, afirmó el fiscal de Bonneville, Boris Duffau.
Según el Dauphiné Libération, la madre dejó una carta.
La mujer buscada era profesora de una escuela primaria de un pueblo cercano a Taninges, indicó a la AFP el Ministerio de Educación Nacional francés.
Dos establecimientos en los que había trabajado recibieron el miércoles la visita de un representante del ministerio y se instaló una “unidad de escucha para el personal y los estudiantes”.
Este descubrimiento también causó gran emoción en esta ciudad montañosa de 3.500 habitantes en el valle del Giffre, a unos 50 kilómetros al este de Ginebra, donde se instaló una unidad de emergencia médico-psicológica en el ayuntamiento.
“Vi a los gendarmes, el helicóptero y ya está, no me di cuenta de nada, lo vi antes en Internet y luego fue… “Es horrible”, dijo Issam, un residente del callejón sin salida. -Sac donde vivía la familia, que no los conocía, dijo a la AFP.