Los líderes de los países árabes y musulmanes reunidos en Arabia Saudita el lunes pidieron a Israel que se retire completamente de los territorios árabes que ocupa para lograr una paz “integral” en Medio Oriente.
“No se puede lograr una paz justa y global en la región (…) sin poner fin a la ocupación israelí de todos los territorios ocupados” desde 1967 –cuando Israel comenzó a ocupar Cisjordania, Jerusalén Este y el Golán sirio– “de conformidad con con las resoluciones de la ONU y el plan de paz árabe de 2002”, dice la declaración final de la cumbre.
Esta cumbre conjunta de la Liga Árabe y la Organización de Cooperación Islámica, organizada por Arabia Saudita, peso pesado regional, pide la unidad de todos los territorios palestinos –la Franja de Gaza y la Cisjordania ocupada– dentro de un Estado palestino, del que reafirma que la capital debe ser Jerusalén Este, ocupada por Israel.
El movimiento islamista palestino Hamás ha instado a los países árabes y musulmanes a implementar las declaraciones hechas en su cumbre y obligar a Israel a detener su “agresión”.
“La afirmación de los derechos nacionales de nuestro pueblo, el primero de los cuales es la creación de un Estado palestino independiente con Jerusalén como su capital, requiere esfuerzos inmediatos y soluciones prácticas para obligar (a Israel) a cesar su agresión y genocidio contra nuestro pueblo. ”, escribe Hamás.
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La cumbre de Riad, dedicada a la situación en Oriente Medio, representó una oportunidad para que sus participantes expresaran sus expectativas sobre la futura administración del presidente electo estadounidense, Donald Trump.
Durante su primer mandato, este último multiplicó sus gestos a favor de Israel, en particular trasladando la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén, pero también contribuyó a la normalización de sus vínculos con Bahrein, los Emiratos Árabes Unidos, Marruecos y Sudán. a través de los Acuerdos de Abraham. Hasta entonces, entre los 22 países de la Liga Árabe, sólo Egipto y Jordania mantenían relaciones formales con Israel.
El gobierno israelí de Benjamín Netanyahu es hostil a la llamada solución de dos Estados que reúne a los Estados israelí y palestino para resolver el conflicto de décadas, deseada por la mayor parte de la comunidad internacional.
Querer establecer un Estado palestino no es “hoy” un proyecto “realista”, declaró el lunes el Ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Saar. “Un Estado palestino (…) será un Estado de Hamás”, afirmó.
Los participantes en la cumbre también “condenaron enérgicamente” las acciones del ejército israelí, calificadas de “crimen de genocidio (…) particularmente en el norte de la Franja de Gaza en las últimas semanas”, donde el ejército israelí lleva a cabo una ofensiva mortal desde 6 de octubre.
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Pidieron a la comunidad internacional “prohibir la exportación o transferencia de armas y municiones a Israel” y condenaron “los continuos ataques de las autoridades israelíes (…) contra la ONU”.
La guerra en Gaza se desencadenó tras el ataque sin precedentes de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023, que provocó la muerte de 1.206 personas, la mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en datos oficiales israelíes.
La ofensiva lanzada por Israel para acabar con el movimiento islamista palestino ha dejado más de 43.600 muertos, según datos del Ministerio de Sanidad de Hamás, considerados fiables por la ONU, sumiendo a la asediada Franja de Gaza en un desastre humanitario.
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, advirtió de la “alta probabilidad de hambruna” en el norte del territorio palestino y se pronunció contra “el uso del hambre como arma de guerra”.
Desde el 23 de septiembre, Israel también libra una guerra abierta en el vecino Líbano contra Hezbolá.
Los ataques israelíes del lunes mataron al menos a siete personas, “en su mayoría mujeres y niños”, en Saksakieh, en el sur del Líbano, y al menos a otras ocho en la aldea de Ain Yaacoub, en el norte, objetivo de un raro ataque a tal distancia de la frontera. con Israel, dijo el Ministerio de Salud.
Según una fuente de seguridad libanesa, el ataque en el norte tuvo como objetivo a un miembro de Hezbollah, parte de una familia de desplazados del sur del Líbano.
“El mundo está esperando” que la futura administración Trump ponga fin “inmediatamente” a las guerras en Gaza y el Líbano, declaró en Riad el primer vicepresidente iraní, Mohammad Reza Aref.
Calificó los asesinatos de los líderes de Hamás palestino y de Hezbolá libanés como “terrorismo organizado” por parte de Israel.
Anteriormente, el líder de facto de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, dijo que Israel debería “abstenerse de atacar” a Irán, en medio de intercambios de ataques y amenazas entre los dos países.
El príncipe heredero saudita llamó a Irán una “república hermana”, una señal de acercamiento entre las dos potencias regionales rivales, que puso fin a un distanciamiento de siete años en 2023.
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Este acercamiento “crea un entorno regional muy diferente” del del primer mandato de Donald Trump, considera HA Hellyer, del Royal United Services Institute de Londres.
El enemigo de Israel, Irán, apoya a Hezbollah, Hamas y los rebeldes hutíes yemeníes.
Los hutíes anunciaron el lunes un nuevo ataque contra una base militar en Israel, y el ejército confirmó que había interceptado un misil procedente de Yemen.
Hezbolá, que reivindica disparos diarios contra el norte de Israel, afirmó que estaba “preparado para una larga guerra”.
Después de que Saar informara de “algunos avances” hacia un alto el fuego en el Líbano, condicionado a la neutralización de Hezbollah, su colega de Defensa, Israel Katz, lo descartó sin una “capitulación” del movimiento islamista libanés.
En la Franja de Gaza, la Defensa Civil informó que cinco palestinos murieron en ataques aéreos israelíes en Nusseirat (centro) y Jabalia (norte).
Desafío (con AFP)
