Confirma de paso que Donald Trump ha adquirido experiencia y aprendido lecciones de su primera administración. Imbuido de caos, estuvo marcado por un vals de los jefes de gabinete, de quienes sabía poco. Susie Wiles, por otro lado, es una compañera de viaje desde hace mucho tiempo.
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numero 2
Ya que jefe de estado mayor (el título en inglés, es decir, jefa de gabinete), Susie Wiles se convierte en la número 2 del gobierno de Trump, sin función oficial (el título no existe en la Constitución) pero con poder político real. Este papel del puesto es crucial, a la vez una puerta de entrada al Presidente y un canal de transmisión de su agenda política.
Tradicionalmente se hacía referencia al ocupante del cargo como “el segundo hombre más poderoso de Washington”. Susie Wiles se convertiría así en la “primera mujer más poderosa” del espectro político trumpista. Este papel en la sombra le conviene perfectamente al llamado republicano moderado. Hija del jugador profesional de fútbol americano, Pat Summerall, trabajó en la campaña de Ronald Reagan en 1980 antes de convertirse en una influyente consultora política en Florida.
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Un fiel entre los fieles
Se esperaba su nombramiento. Fiel entre los fieles, Susie Wiles sobrevivió a la caótica gestión del primer mandato de Donald Trump. Participó en las dos campañas anteriores de Donald Trump en 2016 y 2020.
Durante la campaña electoral para gobernador de Florida de 2018, Donald Trump la nombró para ayudar en la campaña del republicano Ron DeSantis. En su discurso de victoria, DeSantis llamó a Susie Wiles una “.mejor en su campo”.
Después de su derrota en 2020 (que nunca concedió), Donald Trump le pidió que dirigiera su comité de acción política (PAC) Save America a principios de 2021. Bajo su liderazgo, este PAC recaudó los fondos que permitieron cubrir los costos legales de el proceso iniciado contra el ex Presidente y varios de sus familiares.
El arquitecto de la remontada
Presidió con éxito su regreso, mientras muchos pensaban que su defensor estaba políticamente muerto en 2022. Al final de esta campaña victoriosa, se convirtió en la única directora de campaña que ha sobrevivido a una carrera presidencial completa al servicio de Donald Trump.
Tiene una relación cercana con el vicepresidente electo JD Vance, así como con sus dos hijos mayores, Donald Trump Jr. y Eric, cuya esposa Lara es la vicepresidenta del Partido Republicano.
Según los observadores, ella es la artífice de la victoria de Donald Trump. Ayudó a ampliar su base de votantes atrayendo votantes negros y latinos. Dentro del Partido Republicano, ella es el vínculo entre las voces del movimiento Make America Great Again y la vieja guardia del partido, sacudida por el trumpismo triunfante.