El nuevo estallido de violencia entre suníes y chiíes desde el jueves en el noroeste de Pakistán ha dejado 82 muertos y 156 heridos, indicó el domingo a la AFP un miembro de la administración local, añadiendo que todavía se oyen disparos en algunos lugares.
“Entre los muertos, 66 son chiítas y 16 suníes”, afirmó este responsable del distrito de Kurram, en la provincia de Khyber-Pakhtunkhwa, escenario de meses de violencia sectaria, bajo condición de anonimato.
Funcionarios locales informaron a la AFP “disparos con armas ligeras y pesadas en diferentes zonas”. Sin embargo, precisan que no se han registrado muertos ni heridos desde el sábado por la noche.
Corte de red telefónica
El jueves, una decena de atacantes dispararon al ver dos convoyes que transportaban familias chiítas bajo escolta policial. En represalia, el viernes y el sábado, los chiíes llevaron a cabo redadas en barrios suníes, en particular quemando cientos de tiendas y casas, informaron a la AFP residentes y autoridades. Desde entonces, la red de telefonía móvil ha estado cortada en Kurram, al igual que el tráfico en la principal autopista del distrito.
Desde julio, el conflicto entre suníes y chiíes en Kurram, en las montañas fronterizas con Afganistán, ha dejado más de 160 muertos, según constantes fuentes.
Invariablemente, después de algunas semanas de calma, las hostilidades entre tribus de diferentes tendencias, particularmente por la cuestión de la tierra, se reanudaron a pesar de las treguas decretadas por los consejos tribales (jirgas).
En este distrito, una antigua zona tribal donde los códigos de honor tribales son fuertes, las fuerzas de seguridad luchan por imponer su ley, mientras que el gobierno federal e incluso el gobierno provincial con sede en Peshawar luchan por afianzarse.
Una vez más, el sábado se envió a altos funcionarios desde la capital provincial, más al este. Mientras su helicóptero descendía sobre Parachinar, ciudad principal del distrito y bastión chií, se produjeron disparos desde tierra, informó a la AFP una fuente policial, afirmando que no habían causado víctimas ni daños.
Alto el fuego sobre la mesa
“Esta delegación mantuvo conversaciones detalladas con la comunidad chií el sábado y se reunirá el domingo con los suníes”, la gran mayoría en Pakistán, dijo la administración local.
“Nuestra prioridad es lograr un alto el fuego de ambas partes”, afirmó el Ministerio de Justicia provincial. “Cuando lo tengamos, podremos hablar de otros problemas”, añadió, mientras que los chiítas han dicho durante mucho tiempo que son discriminados en Pakistán y, en todo el país, los paquistaníes acusan a las fuerzas de no protegerlos.