En un breve y solemne discurso, Joe Biden se comprometió el jueves a garantizar una transición “pacífica y ordenada” con Donald Trump, su predecesor y futuro sucesor en la Casa Blanca, cuyo regreso es una terrible humillación para él.
“Espero que, sin importar por quién votemos, podamos vernos como conciudadanos y no como adversarios. Bajar la temperatura” en un país al límite, afirmó durante su primer discurso desde la contundente victoria del republicano en las elecciones presidenciales.
Hablando en el jardín de rosas de la Casa Blanca, intentó levantar la moral de los ministros y consejeros sentados frente a él, que le aplaudieron y le dedicaron una gran ovación.
“Es un momento difícil. Estáis sufriendo (…) No olvidéis todo lo que hemos logrado. Fue una presidencia histórica”, aseguró el octogenario jefe de Estado, cuyo historial económico y diplomático podría ser desmantelado en gran medida por su sucesor.
“Perdimos esta batalla, pero los Estados Unidos con los que sueñas exige que te levantes”, dijo Joe Biden, que pone fin a cincuenta años de vida política con una humillación planetaria.
El presidente saliente dejó su puesto como candidato en julio a su vicepresidenta Kamala Harris. En su campo se le acusa de haber permitido el regreso sonoro de Donald Trump, ese enemigo jurado al que describió como un peligro para la democracia, al aferrarse demasiado tiempo a una candidatura desesperada.
Joe Biden invitó al republicano a la Casa Blanca en una fecha no especificada para preparar la llegada de la próxima administración, en la que figuras controvertidas como Elon Musk o Robert F. Kennedy Jr. podrían desempeñar papeles importantes.
Trump «impaciente»
El republicano, que nunca reconoció su derrota en 2020 y que había evitado la ceremonia de toma de posesión de Joe Biden, “espera con ansias esta reunión”, según su equipo.
Kamala Harris también se comprometió a “ayudarlo” con la transferencia de poder.
Donald Trump, que prestará juramento el 20 de enero y que pasó los últimos tres meses de campaña insultando a su rival, encontró en ella “fuerza, profesionalismo y tenacidad”, según su equipo.
El magnate inmobiliario neoyorquino –objeto de dos intentos de asesinato durante la campaña, acusado y condenado en causas penales y civiles– tiene 74 días para poner en marcha su equipo de gobierno.
A Robert F. Kennedy Jr., sobrino del presidente asesinado y ex candidato independiente alineado con Donald Trump, se le podrían confiar responsabilidades en materia de salud pública.
Notoriamente crítico con la vacunación, aseguró el jueves en la NBC que “no quitaría las vacunas a nadie”, pero consideró que los estadounidenses deberían poder “decidir individualmente”.
“RFK” también reiteró sus críticas a la adición de fluoruro al agua potable.
Nadie sabe qué papel jugará con Donald Trump. Su primer mandato fue un vals de ministros y asesores que sucesivamente cayeron en desgracia.
Se espera que otra figura clave sea el multimillonario Elon Musk, que hizo una campaña muy activa a su favor. El presidente electo podría encargar al hombre más rico del mundo la responsabilidad de reorganizar fundamentalmente la administración federal.
Plenos poderes
Tras marcharse sumido en el caos en enero de 2021, el tribuno de 78 años logró un regreso increíble al convencer a la mayoría de que entendía las preocupaciones socioeconómicas y de seguridad de la vida cotidiana.
Donald Trump prometió a los estadounidenses hacer frente a la inflación y “robar empleos de otros países” mediante recortes de impuestos y aranceles aduaneros.
Beijing advirtió que “no habrá ganadores en una guerra comercial” con Washington.
Economía robusta
Hereda una economía robusta y un bajo desempleo, un entorno en el que se espera que el banco central estadounidense, la Reserva Federal, anuncie un nuevo recorte de tipos el jueves.
El impredecible republicano también prometió durante su campaña expulsiones masivas de inmigrantes y habló de una purga de la administración federal, así como de procedimientos judiciales contra sus oponentes.
Donald Trump podrá confiar en el Senado, que los republicanos arrebataron a los demócratas. Su partido también va camino de mantener la mayoría en la Cámara de Representantes.
Esto le daría, contando la mayoría conservadora que ha construido en la Corte Suprema, poderes casi plenos.
(afp)