Con un discurso duro y promesas de deportaciones masivas, Donald Trump, el nuevo presidente electo de Estados Unidos, podría introducir medidas estrictas en materia de inmigración, marcando así un punto de inflexión para millones de inmigrantes e influyendo en los debates en Europa.
Donald Trump, apenas elegido presidente número 47 de los Estados Unidos, reafirmó su firme postura en materia de inmigración y prometió “la mayor expulsión de inmigrantes en la historia de Estados Unidos”.
En un discurso inequívoco, declaró: “Detendremos la inmigración ilegal de una vez por todas. No seremos invadidos, no seremos ocupados”.
Esta retórica, que preocupa a millones de personas que viven en suelo estadounidense, perfila los contornos de una política migratoria estricta con consecuencias potencialmente globales.
Un clima de miedo para los migrantes en Estados Unidos
Los anuncios de Donald Trump están causando preocupación, especialmente entre los inmigrantes ilegales. François Gemenne, director del observatorio de los flujos migratorios de la Universidad de Lieja, advierte de las repercusiones humanas de estas nuevas direcciones:
“En comparación con la situación de millones de inmigrantes en Estados Unidos que se encuentran en situación irregular, pero que a veces han vivido en el país durante años, que contribuyen, pagan impuestos, tienen hijos en la escuela… de hecho, su elección creará “Realmente temo un clima de miedo”.
Este clima de incertidumbre se ve alimentado por el deseo declarado de Trump de lanzar, tras su toma de posesión, un programa masivo de deportaciones. Este enfoque brutal podría afectar a familias e individuos que han estado integrados durante mucho tiempo en la sociedad estadounidense.
Un discurso deshumanizador que se está extendiendo en Europa
El tono utilizado por Trump también tiene repercusiones más allá de las fronteras. François Gemenne lamenta “Este tipo de deriva semiótica en la que cada vez más inmigrantes son deshumanizados, considerados como animales, como bestias salvajes y peligrosas, podemos ver claramente que se trata de una retórica y una imaginación que también nos está ganando terreno en Europa”.
Esta tendencia a retratar la inmigración a través de un prisma alarmista y deshumanizador resuena entre ciertos funcionarios europeos.
Europa se siente tentada por el endurecimiento de fronteras
En Bélgica, Theo Francken, exsecretario de Estado de Migración, parece compartir esta visión y considera la posición de Trump como un modelo a seguir: “Trump va a cerrar, cerrar las fronteras del sur. Nosotros también debemos hacerlo. No a la inmigración irregular. Seguimos en Europa trayendo a todos aquí. La gente está harta”.
Dijo que este sentimiento está contribuyendo al ascenso de partidos de extrema derecha, como Vlaams Belang en Flandes, que están captando una proporción cada vez mayor de votos prometiendo políticas de inmigración más estrictas.
Un posible efecto en cadena para las políticas europeas
Aunque Estados Unidos ha perdido parte de su influencia internacional, sus decisiones políticas a menudo siguen resonando en otras partes del mundo.
Europa, ante los desafíos migratorios y un aumento del discurso nacionalista, también podría endurecer sus políticas de inmigración bajo el liderazgo de la línea dura encarnada por Trump.
Los próximos años dirán si las palabras del presidente americano y las políticas que quiere implementar conducirán a un endurecimiento de las posiciones migratorias de los países europeos.
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