De la inequidad a la soberanía ambiental – Lequotidien

De la inequidad a la soberanía ambiental – Lequotidien
De la inequidad a la soberanía ambiental – Lequotidien
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Sin duda, cansadas de los avisos que llegaban de todas partes, exigiendo la inauguración del “Proyecto”, las autoridades terminaron tirándonos un hueso para roer. Veinte páginas de texto e imágenes como hoja de ruta para 2050. Todo demuestra que se trata de una escritura descuidada, hecha a toda prisa. Recuerdan la copia realizada sobre un tema que no te inspiró. Rascas para no devolver un ejemplar en blanco, escribes en grande para llenar la doble hoja, en lugar de saltarte una línea reglamentaria te saltas dos o tres. En definitiva, no estás pasando el mejor momento de tu vida, pero eso no importa, habrás enviado una copia como todos los demás. Quién sabe, por un malentendido, el corrector que lea el trapo, tal vez sensible a la soberanía no sujeta, premiará la copia con más del merecido 2/20. ¡Oh inequidad académica!

Es cierto que cualquier documento que esboce un horizonte para el país debería ser saludado por debates fructíferos que permitan su mejora o su divulgación. Si la famosa visión presentada hace unas semanas no tuvo este éxito es porque quedó huérfana del exceso realista y feliz que es la medida de la acción de refundación que el país espera.

Quienes esperaban una epifanía del “Proyecto”, con Ousmane Sonko, como Moisés descendiendo de la montaña con las Tablas de la Ley, para exponer una doctrina, un método, objetivos concretos, se han licuado ante el grifo de agua tibia. de clichés repetidos, ideas vacías, conceptos y palabras clave generales para convertirlo en género. Quienes desde el principio comprendieron que “Proyecto” era sólo la palabra, quedaron heridos no sólo por la inanidad del documento, sino sobre todo por esta nueva cicatriz en el rostro de Senegal. Con todo lo que Senegal tiene de gente capaz, codiciada en África y el mundo, ¡vamos al 2050 con 20 páginas pobres de texto e imágenes!

Ciertamente, no fui el único que, al leer el documento, frunció el ceño ante las rupturas de significado, las antinomias, como el anclaje en el futuro defendido por el Presidente, las redundancias, el uso y el abuso de palabras clave para sonar técnico o inteligente sin ser un centavo, etcétera. Lo que me sorprendió particularmente, en las páginas 9 y 10 respectivamente, fue la soberanía ambiental y las desigualdades territoriales.

Si afirmo una divergencia con el poder en materia de soberanía, no lo cuestionaré por tener una cierta idea de soberanía. Por otro lado, espolvoreando todas las salsas de la soberanía, vamos directos a una indigestión soberana para la que no tendremos remedio soberano.
En el desarrollo que especifica “soberanía ambiental”, pude leer un compromiso con la protección de los ecosistemas y la biodiversidad, atención a la sobreexplotación de nuestros recursos naturales. Por otro lado, todo lo demás es un caos donde se mezclan nociones ajenas, desde las zonas marinas hasta las energías renovables, pasando por el agua dulce y la economía circular. La soberanía ambiental es, en esta presentación, una tierra de nadie donde, sin ninguna comunidad o convergencia de significado, evolucionan todas las elucubraciones líquidas y aéreas de la ecología del decrecimiento. La indefinición es una prueba de que este documento no estaba listo y que nos lo tiraron como un hueso al perro para calmarlo.

Mientras leía sobre las “desigualdades territoriales”, me froté los ojos para volver a leer. Leí “iniquidades” correctamente. Quizás el autor quiso señalar la ausencia de equidad territorial. A su crítico no se le debería haber escapado que la palabra inequidad era inapropiada para significar esta observación. La inequidad es la perpetración deliberada de la injusticia. A la palabra inequidad se adjunta una carga moral de cometer un acto o trato indescriptible. Al hablar de falta de equidad territorial describimos una situación en la que se encuentra una parte de la población que de hecho no tiene acceso, por múltiples y complejas razones, a servicios y derechos del mismo modo que otros que ya lo tienen. beneficiarse de él en otra parte del territorio.

Considerar que tal situación es una inequidad significaría que es obra deliberada de regímenes impulsados ​​por el deseo pecaminoso de asignar poblaciones para que sigan en desventaja. Si la palabra se ha resistido deliberadamente a una relectura y corrección, es porque el poder actual considera que hay partes del territorio que han sido deliberadamente desfavorecidas por regímenes anteriores. Para quien dijera del ex Presidente de la República que no le gustaba Casamance, esto no sería sorprendente.

Para mí, es injusto haber hablado del estado de nuestras finanzas antes de que el Tribunal de Cuentas haya publicado su informe final. La iniquidad es haber hecho, delante de la Nación y delante del mundo, acusaciones ignominiosas contra el Sr. Mamadou Moustapha Ba, que en paz descanse. Era un ciudadano consumado, un servidor devoto de su país y un patriota ardiente. Le has dado los infames laureles de un falsificador. Un golpe así no deja indiferente a un hombre honesto. Quizás ese honor violado, herido, pisoteado y el inmenso dolor que debió sentir se apoderaron de él. A él le dedico estas líneas.
Luis Mory MBAYE

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