“ETHZ Y NAZIS”. La semana pasada aparecieron carteles anónimos en las paredes del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zurich comparando la institución con el régimen nazi en letras mayúsculas. La ira también se está gestando en las redes sociales. Reunidos en la plataforma Reddit, estudiantes chinos dicen ser víctimas de discriminación. En cuestión: nuevas normas de admisión publicadas a finales de octubre. La universidad quiere someter a los solicitantes de 23 países de alto riesgo a una prueba de seguridad mejorada. La lista incluye estados bajo sanciones internacionales, como Rusia, Irán y Pakistán. China representa el grupo más grande en Zurich con 1.362 personas que estudiaron o obtuvieron su doctorado el año pasado.
Un estudiante chino, bajo condición de anonimato, asegura que la mayoría de sus compatriotas que viven en Zúrich sólo sueñan con un futuro mejor para ellos y sus familias. “No queremos ser asimilados al gobierno chino”, dice el joven al sitio de habla alemana Nau. La diáspora estudiantil teme ya no poder estudiar ni realizar investigaciones en este prestigioso establecimiento. La protesta también se desarrolla en el ámbito político. Preguntada por los medios de comunicación, la embajada china en Berna se declaró “conmocionada” por el refuerzo de las medidas: “Esperamos que la ETHZ corrija estas malas prácticas lo antes posible”. Sin embargo, la representación diplomática no cuestiona la cooperación científica con Suiza.
La ETHZ rechaza estas acusaciones
Ante estas críticas virulentas, la escuela politécnica se defiende de cualquier política discriminatoria. “Nadie está excluido de los estudios en la EPF por su origen”, afirma el servicio de comunicación de Gaceta Diaria. El sistema tiene como objetivo prevenir intentos de espionaje en un contexto internacional degradado, en particular debido al desarrollo de tecnologías que podrían beneficiarse de una aplicación militar. Además del origen, la ETH Zurich señala otros tres criterios que podrían llevar al rechazo: el paso a una universidad militar, una beca proveniente de “fuentes dudosas” o un área de investigación sensible.
Según el Servicio Federal de Inteligencia, las universidades del país son el principal objetivo del espionaje y de los intentos de injerencia extranjera.