Reflejos
La pandemia de COVID-19 ha afectado la prestación y uso de servicios de salud, los contactos sociales, los hábitos de higiene, etc. Este estudio evalúa las repercusiones de la pandemia sobre ciertos indicadores del estado de salud, a saber, la tasa de incidencia (nuevos casos) y la prevalencia anual (casos observados en un año) de enfermedades crónicas en Quebec.
Durante el primer año de la pandemia (2020-2021):
- La tasa de incidencia de varias enfermedades crónicas es inferior a la tasa esperada. Se observa una brecha significativa en las siguientes enfermedades: enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma, insuficiencia cardíaca, enfermedades cerebrovasculares, enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurocognitivos importantes, presión arterial alta, artritis reumatoide y cardiopatía isquémica. Las desviaciones de las tasas esperadas oscilan entre el -3% (cardiopatía isquémica) y el -34% (EPOC).
- Por el contrario, la prevalencia anual de trastornos de ansiedad-depresivos es un 10% mayor que la prevalencia anual esperada.
Durante el segundo año de la pandemia (2021-2022):
- La EPOC, el asma, la enfermedad cerebrovascular, la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurocognitivos importantes y la artritis reumatoide todavía tienen tasas de incidencia más bajas de lo esperado. Las desviaciones de las tasas esperadas varían desde -3% (enfermedad de Alzheimer y otros trastornos neurocognitivos importantes) hasta -16% (EPOC).
- La tasa de incidencia de hipertensión arterial y diabetes es superior a su valor esperado (diferencias respectivas del 9% y el 28%). La prevalencia anual de trastornos mentales y trastornos ansioso-depresivos también es superior a su valor esperado (diferencias respectivas del 18% y el 25%).
En conclusión, este estudio sugiere un aumento de la prevalencia anual de los trastornos mentales y ansioso-depresivos, lo que podría reflejar un deterioro real de la salud mental de la población quebequense durante la pandemia. También se observó una disminución en la tasa de incidencia de varias otras enfermedades crónicas. Sin duda, los cambios en la oferta y uso de los servicios de salud ayudan a explicar una parte importante de las reducciones de estas enfermedades. Sin embargo, en el caso de la EPOC y el asma, parte de las disminuciones también podrían atribuirse a las medidas de salud pública implementadas para limitar la propagación de la COVID-19.
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