Marruecos refuerza su lucha contra el terrorismo y la criminalidad

En su informe de 2024, el Ministerio del Interior reveló que, desde 2002, los servicios de seguridad marroquíes han desmantelado más de 200 células terroristas, algunas de las cuales estaban implicadas en redes de reclutamiento para zonas de conflicto como el Sahel, Siria e Irak. Este año, la vigilancia sigue siendo esencial: en 2023, cinco células fueron desmanteladas y 17 personas arrestadas. En 2024, hasta finales de septiembre, otras cuatro células fueron neutralizadas y 16 sospechosos detenidos. Entre estos últimos, una célula que opera en Tánger, Casablanca, Béni Mellal e Inezgane, compuesta por cuatro hombres de entre 35 y 40 años, reclutaba combatientes para Daesh en el Sahel.

La lucha marroquí contra el terrorismo se basa en un enfoque proactivo e integrado, que combina inteligencia y prevención, respetando al mismo tiempo las normas de derechos humanos y el Estado de derecho. Estos esfuerzos han permitido al Reino acumular experiencia reconocida internacionalmente, convirtiendo a Marruecos en un modelo de estabilidad en una región marcada por persistentes crisis de seguridad.

El Ministerio del Interior subraya también la estabilidad de la situación de seguridad en Marruecos. El esfuerzo de las autoridades y el seguimiento diario de los indicadores de seguridad tienen como objetivo reforzar la sensación de seguridad entre ciudadanos y visitantes. Las estadísticas muestran una clara moderación de los niveles de criminalidad en comparación con otros países.

Durante los primeros siete meses de 2024, se registraron alrededor de 641.900 delitos, casi la mitad de los cuales están relacionados con ataques a personas y bienes. La delincuencia sigue estando más concentrada en las zonas urbanas (69% de los delitos) que en las zonas rurales. Las autoridades marroquíes se muestran satisfechas con un índice de resolución de los casos del 91%, con la detención de cerca de 471.550 personas, de las cuales el 4% son menores.

Sin embargo, el Ministerio advierte contra un sentimiento de inseguridad, a veces exacerbado por la dramatización de determinadas infracciones menores o por rumores y coberturas mediáticas sensacionalistas. Esta percepción, aunque alejada de la realidad estadística, constituye un desafío que Marruecos está afrontando reforzando sus estrategias para combatir delitos específicos.

Para disipar las preocupaciones del público, el Ministerio del Interior está centrando sus esfuerzos en reprimir delitos cada vez más preocupantes, como el porte de armas blancas, el tráfico de drogas, el robo y los delitos en torno a establecimientos educativos. Al responder rápidamente a las quejas, particularmente aquellas relacionadas con ataques violentos y robos, las autoridades buscan mantener un clima de confianza y seguridad.

El aumento del tráfico de drogas, en particular de “L’poufa” (similar al crack), representa un nuevo desafío. Entre enero de 2020 y julio de 2024 se registraron 780 casos relacionados con esta sustancia, que provocaron la detención de más de 1.000 personas y la incautación de casi 14 kg de la droga. Estos resultados demuestran, según la autoridad, la movilización de las fuerzas del orden y de las autoridades locales en su lucha contra estas nuevas formas de delincuencia, que amenazan la seguridad pública.

Al unir fuerzas con representantes de la sociedad civil y asociaciones de vecinos durante las reuniones de seguridad, el Ministerio del Interior está fortaleciendo su enfoque inclusivo para mantener el orden. Este diálogo ayuda a fortalecer la colaboración entre la población y las fuerzas del orden, promoviendo así un entorno más seguro.

Marruecos también apuesta por la modernización de las técnicas policiales científicas y técnicas para garantizar la eficacia de su estrategia. Mejorar las capacidades de los servicios de seguridad y modernizar los métodos de aplicación de la ley permite aumentar la eficacia de las investigaciones. Además, el Ministerio vela por que los principios de los derechos humanos y la democracia estén anclados en el mantenimiento del orden, haciendo de la seguridad un pilar de la estabilidad del reino.