Mélissa, de 39 años, madre de dos hijos y originaria de Booischot, en Flandes, vio su vida dar un vuelco el 20 de agosto. Durante una operación para extirpar un tumor cerebral, una complicación privó su médula espinal de oxígeno, lo que redujo considerablemente sus posibilidades de volver a caminar por sí sola: los médicos estiman esta probabilidad en sólo un 12%. Desde entonces, Mélissa se somete a una rehabilitación intensiva en el centro UZ Leuven, en el campus de Pellenberg, para recuperar la máxima autonomía. A pesar de los obstáculos, su determinación sigue siendo fuerte y tiene esperanzas en el futuro.
Para apoyarla en esta terrible experiencia, sus seres queridos lanzaron una campaña de financiación colectiva, que rápidamente fue transmitida por la comunidad. “Mélissa y Joery, su marido, nunca pidieron ayuda. Siempre están ahí para los demás, pero hoy nos toca a nosotros apoyarlos”, explica Kevin, un amigo cercano, en las columnas de GVA. La recaudación tiene como objetivo financiar las obras de renovación de su casa, ahora necesarias para responder a las nuevas necesidades de movilidad de Mélissa. Estas transformaciones incluyen la instalación de un ascensor, un baño adaptado, una cama accesible y una rampa, por un coste total estimado en 70.000 euros.
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Desde el lanzamiento de la campaña, la movilización ha sido masiva: además de amigos y familiares, se han movilizado padres de estudiantes y compañeros de Mélissa y Joery. “Los compañeros de Joery ya han recaudado fondos para cubrir sus comidas hasta fin de año”, dice Kevin. También está prevista la venta de gofres y galletas para ayudar a financiar la obra.
A pesar de esta difícil situación, Mélissa sigue siendo optimista y sigue comprometida con sus hijos. “Ella sigue sonriendo y muestra una fuerza increíble. Incluso los domingos repasa las lecciones de sus hijos a través de su iPad”, añade Kevin.
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