Evolución del gobierno corporativo: una visión de largo plazo

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Por el Dr. Imad Moumin*

La gobernanza empresarial, en constante búsqueda de una redefinición en los consejos de administración, se presenta como un campo de estudio cuyas bases, sentadas en los años 1930 por los visionarios Adolf Berle y Gardiner Means, están realmente despegando a principios de los años 1970. Este hito es. en gran parte atribuible al trabajo de eminentes académicos como Jensen, Mecklin y Friedman, cuyas contribuciones conceptuales fueron cruciales para el establecimiento del gobierno corporativo como un campo académico y práctico de gobernanza de notable importancia.

A pesar de su herencia intelectual, la formalización de esta disciplina enfrenta regulaciones complejas y un laberinto de toma de decisiones que mezcla actores públicos y privados, desafiando el surgimiento de una métrica universal para evaluar el éxito del gobierno corporativo.

El vivo debate que caracteriza a este universo, con sus voces discordantes, sus aparentes divisiones entre accionistas y directivos, sus conflictos de intereses profundamente arraigados y sus posiciones fijas, ha generado un sistema atípico cuyas consecuencias a veces desconcertantes superan a menudo el marco de las buenas intenciones. y orientaciones políticas.

El principal escollo inherente al gobierno corporativo reside en la preponderancia concedida al desempeño a corto plazo, lo que incita a los directivos a maniobrar con cautela dentro de las turbulencias generadas por los resultados trimestrales, semestrales o anuales, conscientes de que una pequeña desviación puede provocar un caída repentina de los precios de las acciones. Sin embargo, el prometedor aumento de la orientación hacia objetivos de largo plazo, en lugar de indicadores financieros de corto plazo, ofrece una oportunidad estratégica. Esta transición apunta a reducir el énfasis excesivo en la búsqueda de rentabilidad inmediata, con el fin de reducir el yugo ejercido por los imperativos de desempeño de corto plazo. Estudios empíricos recientes han encontrado una mayor dispersión en las previsiones de los analistas tras la eliminación de las previsiones de ganancias, lo que sugiere una pérdida de coherencia en las reacciones.

En el centro de esta transición hacia un enfoque a largo plazo, se requiere una reflexión profunda sobre el papel fundamental de la responsabilidad social corporativa (RSE) en el panorama de la gobernanza. La RSE, un pilar central, fundamenta las acciones corporativas en principios éticos y sostenibles, ayudando así a configurar una gobernanza más inclusiva y socialmente responsable.

En Marruecos, el gobierno corporativo también ha seguido una trayectoria intrigante. Inspirándose en los estándares internacionales a través de sus códigos y leyes, al tiempo que integra las especificidades locales, el reino ha emprendido reformas destinadas a fortalecer la transparencia, la ética y la responsabilidad corporativa, reflejando así un deseo de convergencia con los estándares globales teniendo en cuenta las particularidades culturales y económicas.

A escala global, el gobierno corporativo es parte de un contexto económico globalizado donde las fronteras tradicionales se están desdibujando. La interconectividad entre entidades económicas se está volviendo esencial, imponiendo a las juntas directivas el desafío de conciliar los imperativos locales y los estándares internacionales.

Al mismo tiempo, la llegada de la innovación tecnológica, encarnada por vectores como la inteligencia artificial, la cadena de bloques y la ciberseguridad, está teniendo una influencia significativa en las estructuras y prácticas de gobernanza. Por lo tanto, las empresas se encuentran en una encrucijada: deben integrar estos avances y anticipar las implicaciones para su gobernanza.

Todas estas dinámicas no pueden entenderse sin considerar la constante evolución de las expectativas de las partes interesadas. Los consumidores, empleados e inversores muestran cada vez más interés en las empresas socialmente responsables. Esta transformación de las expectativas redefine el papel de las empresas en la sociedad contemporánea, lo que requiere una rápida adaptación de los mecanismos de gobernanza para mantenerse al día con estos cambios sociales.

Continuando con esta reflexión, parece necesario volverse hacia los desafíos futuros del gobierno corporativo a escala global. Esta transición nos permitirá explorar nuevas perspectivas y profundizar nuestra comprensión de las complejas dinámicas que dan forma al panorama contemporáneo de la gobernanza.

La transición hacia una gobernanza informada y socialmente responsable requiere una convergencia de esfuerzos a escala global, allanando el camino para una redefinición colectiva del papel de las empresas en la sociedad.

A proposito

Imad Moumin es director administrativo y financiero de una multinacional alemana y tiene un doctorado en administración de empresas de la ESC Clermont Business School.

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