Los trabajadores portuarios de los principales puertos de la costa este y el sur de Estados Unidos están en huelga desde el martes, la primera en casi 50 años, tras el fracaso de un intento de último minuto para lograr una resolución y apenas cinco semanas antes de las elecciones presidenciales. .
“Estamos dispuestos a luchar todo el tiempo que sea necesario, a permanecer en huelga el tiempo que sea necesario, para obtener los salarios y la protección que nuestros miembros merecen”, advirtió Harold Daggett, jefe del sindicato que cuenta con 85.000 miembros, en un comunicado de prensa. .
Los estibadores abandonaron sus puestos de trabajo al expirar su acuerdo social de seis años el lunes a las 23:59 horas, tras el fracaso de las negociaciones de último momento entre su sindicato y la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX), que representa a los empleadores de 36 puertos dispersos desde Maine hasta Texas, pasando por Florida.
Las discusiones, que comenzaron en mayo, están estancadas.
Joe Biden “instó” el martes al USMX “a presentar una oferta justa a los trabajadores”, para poner fin a una huelga con consecuencias económicas potencialmente muy importantes.
“Los transportistas marítimos han obtenido beneficios récord desde la pandemia”, señaló, subrayando que los directivos y accionistas se habían beneficiado.
Según él, “es justo que los trabajadores, que durante la pandemia asumieron riesgos para mantener abiertos los puertos, también vean aumentar significativamente sus salarios”.
Contribución
Descartó la activación de la ley Taft-Hartley –ya utilizada para las huelgas de la ILA-, permitiendo imponer una moratoria de 80 días.
“Es hora de que el USMX negocie un acuerdo justo con los trabajadores portuarios que refleje su importante contribución a nuestra recuperación económica”, comentó el portavoz de la Casa Blanca.
El expresidente Donald Trump, que busca un nuevo mandato, estimó en Milwaukee que Joe Biden “debería haber trabajado en un acuerdo entre ellos” y señaló que los trabajadores portuarios representaban “la fuerza viva” del país. “Se han visto muy afectados por la inflación”, añadió.
La USMX defendió este martes su oferta recordando que incluía un aumento salarial “casi el 50%”. Según los medios estadounidenses, el sindicato exigía inicialmente el 77%.
“Hemos demostrado nuestro compromiso de hacer nuestra parte para poner fin a la huelga de la ILA, que era completamente evitable”, dijo la Alianza.
Pero el sindicato respondió por la noche, diciendo que el USMX estaba “distorsionando los hechos y engañando al público” y detallando las condiciones laborales de los trabajadores portuarios.
El contrato social afecta a 25.000 miembros que trabajan en terminales de importación y exportación de contenedores y vehículos en 14 puertos importantes, incluidos Boston, Nueva York, Filadelfia, Baltimore, Savannah, Miami, Tampa y Houston.
El sindicato advirtió el domingo que todos sus miembros realizarían piquetes de huelga a partir de las 00:01 horas del martes, “a los que se unirán en solidaridad los portuarios y trabajadores marítimos de todo el mundo”.
Precisó que sus 45.000 integrantes que trabajan en los 36 puertos del USMX estaban en huelga, la primera de gran escala en la costa estadounidense desde 1977.
Sin embargo, el transporte de hidrocarburos y productos agrícolas, o incluso los cruceros, sólo deberían verse afectados de forma muy leve o nula.
“Pequeña parte”
“Trabajamos durante Covid, nunca paramos. Permitimos que el mundo siguiera funcionando”, recordó Jonita Carter, estibadora durante 23 años.
Ella era una de los alrededor de 200 manifestantes reunidos frente a la terminal de Maher, una de las más grandes de Port Elizabeth, el principal puerto de Nueva York-Nueva Jersey.
Un poco más adelante, frente a la terminal del operador APM, se encontraban aproximadamente el doble de personas.
“No pedimos mucho, la pequeña parte a la que tenemos derecho”, afirmó Jonita Carter. “Con la automatización, perderemos nuestros puestos de trabajo”.
Además de un aumento significativo de los salarios, la ILA pide congelar toda la automatización portuaria.
Los importadores y exportadores habían tomado la iniciativa enviando sus productos por adelantado. Otros han optado por descargar en la costa oeste, que es más costosa y requiere más tiempo desde Europa.
Pero los puertos de la costa oeste, cubiertos por un acuerdo social separado celebrado en 2023 que les prohíbe hacer huelga, podrían perturbar las actividades de solidaridad y tienen poca capacidad adicional.
Oxford Economics estima que cada semana de huelga reduciría el PIB estadounidense entre 4.500 y 7.500 millones de dólares.
Según el Anderson Economic Group (AEG), se espera que la primera semana de la huelga cueste 2.100 millones de dólares, incluidos 1.500 millones de dólares en bienes perdidos (como productos perecederos).
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