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22 de septiembre de 2024 – 04:56
(Piedra clave ATS) Decenas de aviones de guerra israelíes llevaron a cabo intensos bombardeos el sábado por la noche en el sur del Líbano, bastión de Hezbolá. El ataque se produjo un día después de que un ataque israelí decapitara a la unidad de élite del movimiento libanés, matando a un total de 37 personas.
Esta escalada, que hace temer una guerra a gran escala, ha llevado al primer ministro libanés, Najib Mikati, a cancelar su viaje a la ONU en Nueva York, pidiendo “el fin de las terribles masacres israelíes”.
Ante “la naturaleza impredecible del conflicto en curso”, Estados Unidos “instó” el sábado a sus nacionales en Líbano a abandonar el país “mientras sigan existiendo opciones comerciales”.
“Ataque mayor”
Hezbolá, poderoso actor político y militar en Líbano, abrió un frente con el vecino Israel en “apoyo” a Hamás, su aliado, al día siguiente del inicio de la guerra en Gaza desencadenada por un ataque de escala sin precedentes por parte del movimiento islamista palestino el 7 de octubre de 2023.
En las últimas semanas, Israel ha incrementado sus ataques y amenazas contra Hezbolá, cuyos ataques con cohetes al norte de Israel, aunque la gran mayoría son interceptados, han obligado a decenas de miles de residentes a huir.
El ejército israelí, que mantiene la presión militar, anunció el sábado por la noche que había “lanzado un ataque a gran escala en el sur del Líbano tras identificar preparativos del Hezbolá para disparar” contra Israel. “Decenas de aviones” están involucrados en la operación, indicó.
Anteriormente, afirmó haber apuntado en la misma zona a “miles de plataformas de lanzamiento” de cohetes “listos para ser utilizados” para disparar contra Israel.
El movimiento libanés afirmó haber disparado decenas de cohetes contra posiciones militares en el norte de Israel. “Alrededor de 90”, según Israel. La caída de los cohetes provocó incendios y daños.
Buscapersonas “atrapados”
Esta semana, Hezbolá, un movimiento financiado y armado por Irán, el enemigo jurado de Israel, ha sido blanco de espectaculares ataques. El martes y el miércoles, los dispositivos de transmisión –buscapersonas, walkie-talkies– utilizados por los miembros de Hezbolá explotaron en los suburbios del sur de Beirut, así como en el sur y el este del Líbano. El saldo: 39 muertos y 2.931 heridos, según las autoridades libanesas.
Hezbolá y Beirut han acusado a Israel, que no ha hecho comentarios al respecto. El uso de artefactos “trampa” que parecen objetos “inofensivos” podría constituir un “crimen de guerra”, según ha declarado el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Türk.
Buscado por Washington
El viernes, Israel se atribuyó la responsabilidad de un ataque en los suburbios del sur de Beirut que mató al menos a 37 personas, incluidos comandantes de Hezbolá y civiles, entre ellos mujeres y tres niños, según las autoridades libanesas. El ataque destruyó un edificio en una zona densamente poblada.
Según una fuente cercana a Hezbolá, el ataque tuvo como objetivo una reunión del mando de la unidad Radwan, la fuerza de élite del movimiento, en el sótano de un edificio, y mató a 16 miembros, entre ellos Ibrahim Aqil, jefe de la unidad, y Ahmed Mahmoud Wahbi, que estaba a cargo de las operaciones militares hasta principios de este año.
Ibrahim Aqil era buscado por Washington por su participación en los sangrientos ataques antiamericanos en Beirut en 1983. Es el segundo alto comandante militar de Hezbolá eliminado por Israel desde octubre de 2023, después de Fouad Chokr el 30 de julio, también en un ataque en los suburbios del sur de Beirut.