Ford Explorer, un SUV eléctrico que se relanzará en Europa

Ford Explorer, un SUV eléctrico que se relanzará en Europa
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Ford se relanza en Europa con un SUV de tamaño medio, que comparte todos sus componentes eléctricos con el ID.4 de Volkswagen. Una conexión familiar que no resulta evidente a primera vista, con un diseño exterior muy distintivo y algunas adaptaciones bien pensadas en el interior.

A falta de novedades en los últimos años, Ford se relanza en Europa con su primer modelo 100% eléctrico pensado para nuestro continente, el nuevo Ford Explorer.

Cambio de estilo

Un nombre que quizá os suene: el Explorer es -o más bien era- este gran SUV muy americano de más de 5 metros, cuya última generación se comercializa en nuestros países desde 2020, con un bonito V6 en versión híbrida enchufable bajo el capó.

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El diseño exterior de este Ford Explorer se diferencia claramente del Volkswagen ID.4, del que toma prestada la plataforma. © JDD

Nada que ver pues con este nuevo Explorer, mucho más compacto con 4,47 metros de largo, un formato mucho más adecuado para los consumidores europeos.

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Este Ford Explorer mide 4,47 metros de largo. © JDD

Aunque conserva algunos de los códigos de diseño de su predecesor, este nuevo Explorer afirma sobre todo su propia personalidad, con un frontal completo para mejorar la aerodinámica y una nueva firma luminosa.

Desde el lateral, notaremos las imponentes ruedas que encontramos en los cuatro extremos del vehículo, con voladizos muy cortos lo que tiene el mérito de maximizar el espacio a bordo.

En la parte trasera, una franja negra muestra el nombre del modelo conectando las dos luces.

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En la parte trasera, una franja negra con el nombre del modelo conecta las dos luces. © JDD

Un primo del Volkswagen ID.4

Un diseño que lo distingue por tanto del Explorer anterior, pero también de un modelo competidor del que de hecho toma la plataforma técnica.

Este modelo parte de una arquitectura Volkswagen recuperando la plataforma MEB, es decir, una base ID.4 con los mismos motores y baterías. Y es justo decir que sería difícil identificar este nexo de familia con esta importante distinción en el diseño exterior.

Una forma especial de la marca estadounidense de reducir los costes de desarrollo de este Explorer, que se ensambla en la planta de Ford en Colonia, Alemania. Un primo americano decididamente muy germano.

Una “pantalla segura” en el interior

En el interior probablemente sentimos más el intercambio de tecnologías con Volkswagen, aunque Ford ha jugado bastante bien el juego.

Ciertamente podemos reconocer algunos elementos, como los mandos para la apertura de las ventanillas, el espacio a la izquierda del volante para gestionar las luces y el antivaho, o incluso la pantalla de instrumentos, que simplemente tiene un marco diferente al de la gama Volkswagen ID.

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Interior del Ford Explorer 2024. © JDD

En el resto del habitáculo todavía hay algunas diferencias importantes con el ID.4, a nivel del volante o en el salpicadero con una barra de sonido Bang & Olufsen, colocada allí como un platillo volante.

La principal diferencia es la pantalla táctil central, en posición vertical. Ofrece una gran superficie de 14,6 pulgadas. Un formato entre los más grandes que se ofrecen actualmente en el mercado y por tanto cómodo para el uso diario, con compatibilidad con Carplay y Android Auto.

Una característica un poco original, esta pantalla puede deslizarse 30 grados para ajustarla según sus preferencias, lo que también puede permitirle corregir el ángulo para limitar el molesto reflejo del sol.

Detrás de esta pantalla, en la parte inferior, hay un pequeño espacio de almacenamiento. Un compartimento de almacenamiento que se puede cerrar por completo cuando la pantalla está inclinada al máximo. De este modo, puede actuar como una mini caja fuerte: la pantalla se bloquea cuando el vehículo está cerrado. Por tanto, será muy difícil acceder a este espacio, incluso para los ladrones que hayan roto las ventanas para acceder al habitáculo. Lo suficiente para poder dejar allí las llaves de casa o una tarjeta bancaria con total seguridad.

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La pantalla táctil del Ford Explorer se puede deslizar 30° y tiene un espacio de almacenamiento al que se puede acceder. © JDD

De manera más general, hay numerosos espacios de almacenamiento a bordo de este Explorer, especialmente en la consola central, liberada de los cambios de marcha (avance, marcha atrás, punto muerto y estacionamiento) que se encuentran al nivel de un interruptor a la derecha del volante.

El resultado es un espacio diáfano, con espacio para guardar dos smartphones, uno de ellos recargable por inducción, y que se complementa con un doble portavasos. Justo detrás, bajo el reposabrazos, un amplio espacio de 17 litros donde se puede guardar un portátil o botellas de agua de gran tamaño.

El Ford Explorer, 10 centímetros más corto que el ID.4, tiene una distancia entre ejes, la distancia entre las ruedas delanteras y traseras, bastante similar a la de su primo técnico. La marca estadounidense ha privilegiado el espacio interior en detrimento del volumen del maletero, que se sitúa en 450 litros, casi 100 menos que el modelo de Volkswagen.

Al volante

En cuanto a la conducción, este Ford Explorer es tan eficiente como el ID.4, con un comportamiento en ocasiones más dinámico, aunque sigue siendo bastante cómodo, a pesar de una suspensión más rígida que la del Volkswagen.

Nos quedamos con un SUV bastante versátil, silencioso y al que no le falta potencia, sobre todo para nuestro modelo de pruebas que ofrece 340 caballos en tracción integral.

Un modelo que cuenta con la gran batería de 79 kWh (capacidad neta, 82 kWh bruta), con 566 km de autonomía anunciada.

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Ford lanza este SUV compacto 100% eléctrico para relanzarse en Europa. © JDD

La versión “RWD Extended range” tiene menos potencia, con un único motor propulsor de 286 caballos, pero aún así una gran batería de 77 kWh. La autonomía supera entonces los 600 km.

En los próximos meses se lanzará una tercera variante, la «gama estándar», que combinará una batería más modesta, de 55 kWh, con un motor de 170 caballos. La autonomía de esta versión, prevista para antes de finales de año, aún no ha sido anunciada.

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El head-up display permite tener la información principal directamente en el parabrisas. © JDD

En cuanto a la recarga, este Ford Explorer puede contar con 11 kW de corriente alterna para enchufarlo a diario. Y para la carga rápida, en trayectos largos, pasamos entonces a los 135 kW para las versiones de propulsión y a los 185 kW para las de tracción total, suficientes para pasar del 10 al 80% en menos de 30 minutos.

Además, se incluyen de serie numerosas ayudas a la conducción, como el control de crucero adaptativo, la cámara de marcha atrás y los asientos calefactados. Sin embargo, es una pena que la bomba de calor solo se ofrezca como opción, con un coste adicional de 1.150 euros por un equipamiento muy recomendable para preservar la autonomía en invierno.

Un pack premium, de 3.600 euros, añade elementos de diseño, como llantas de 20 pulgadas, y equipamientos como sonido Bang & Olufsen, portón trasero manos libres, iluminación ambiental y asientos delanteros deportivos.

El head-up display forma parte de un pack “Driving Assistance” de 1.300 euros, con mantenimiento de carril y cámara de 360°.

¿A qué precio?

Frente a competidores como el Renault Scénic o el Peugeot e-3008, este nuevo Ford Explorer buscará por tanto diferenciarse, sobre todo en cuanto a precio.

Hay dos opciones disponibles para beneficiarse del bono ecológico de 4.000 euros, manteniéndose por debajo del techo de 47.000 euros sin opciones.

Será el caso del futuro modelo de acceso a la gama, con la batería de 55 kWh y el motor de 170 CV, que partirá de los 43.900 euros. Pero también y sobre todo de la versión de lanzamiento, “RWD Extended range” (286 CV y ​​batería de 77 kWh), desde los 46.900 euros.

Cabe destacar que Ford ha añadido, desde el lanzamiento y esta prueba realizada el pasado mes de junio, otra versión “RWD Extended Range” a 1.000 euros menos, con un motor algo menos potente, de 204 caballos, y una batería de capacidad similar, anunciada en 79 kWh.

Nuestro modelo de pruebas con tracción total sube hasta el techo, con un precio base de 53.900 euros.

Después del Mustang Mach-E, este nuevo Ford Explorer marca el inicio de una gran ofensiva de la marca americana sobre los vehículos eléctricos en Europa.

Por ello, esperamos con impaciencia la próxima generación del Ford Puma, 100% eléctrico, o el anunciado renacimiento de cierto Ford Capri.

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