En caso de un ataque directo de Irán contra sus instalaciones estratégicas, Israel podría responder de una manera sin precedentes utilizando una bomba de pulso electromagnético (EMP), según declaró un experto en seguridad al diario británico Daily Star. Aunque nunca se ha utilizado, un arma de este tipo es conocida por sus efectos devastadores en los sistemas eléctricos y electrónicos, sin ser letal para los seres humanos.
Irán, cuya economía ya está debilitada, podría sufrir daños considerables. Un EMP combinado con un ataque convencional obstaculizaría las comunicaciones y la coordinación de rescate. Israel ya había esgrimido esta amenaza hace una década, afirmando tener una bomba especialmente diseñada para destruir la red eléctrica de Irán en caso de conflicto.
Israel también cuenta con capacidades defensivas avanzadas en el campo de la guerra electrónica, como la gama Scorpius desarrollada por Israel Aerospace Industries para proteger diferentes plataformas. Estados Unidos también ha tomado medidas para fortalecer la resiliencia de sus sistemas militares y civiles críticos ante esta amenaza.
Aunque sigue siendo teórico, el riesgo de un ataque EMP se toma muy en serio. Una prueba nuclear estadounidense en 1962 causó importantes daños en Hawaii, a 1.450 kilómetros de la detonación. Más recientemente, China ha sido acusada de desarrollar armas de este tipo para paralizar a Estados Unidos. Según se informa, Rusia está trabajando en una versión que puede neutralizar satélites en órbita.
Según el historiador militar Dr. Yigal Henkin, un EMP suficientemente potente podría paralizar a un país al destruir sus redes eléctricas, sistemas de información y todos los dispositivos eléctricos. Los componentes electrónicos quedarían “fritos”, especialmente los discos duros. Es por eso que muchos centros de datos son subterráneos y blindados, para protegerse contra tal catástrofe.
