Según los expertos, el índice de masa corporal (IMC) no es una medida fiable para juzgar la salud de una persona. Un grupo internacional de médicos, incluidos los de los hospitales universitarios de Ginebra, propone revisar las directrices para el diagnóstico de la obesidad.
Además del IMC, se deberían utilizar datos sobre la grasa corporal, como por ejemplo la circunferencia de la cintura o una medición directa de la grasa, recomendó el grupo el miércoles en la revista británica “The Lancet Diabetes & Endocrinology”.
Para calcular el IMC se divide el peso en kilogramos por la altura en metros al cuadrado. Actualmente, un IMC superior a 30 en personas de origen europeo se considera un indicador de obesidad.
Desde hace tiempo, los especialistas critican el hecho de que este valor no es una medida directa de la grasa, que no refleja su distribución en el cuerpo y que no proporciona ninguna información sobre la salud y la enfermedad a nivel individual.
Más peligroso en algunos lugares.
“Confiar únicamente en el IMC para diagnosticar la obesidad es problemático porque algunas personas tienden a almacenar un exceso de grasa en la cintura o dentro y alrededor de sus órganos como el hígado, el corazón o los músculos”, explicó Robert Eckel de la Universidad de Colorado en Aurora, coautor del estudio. autor de este artículo.
Según él, esto supone un mayor riesgo para la salud que el exceso de grasa directamente debajo de la piel de brazos, piernas u otras partes del cuerpo. Además, las personas con exceso de grasa corporal no siempre tienen un IMC que indique obesidad, por lo que sus problemas de salud pueden pasar desapercibidos.
El grupo de expertos sugiere utilizar diferentes medios de diagnóstico, como medir la circunferencia de la cintura, la relación cintura-cadera o la relación cintura-altura, además del IMC, o incluso una medición directa de la grasa corporal. Solo se consideraría que las personas con un IMC superior a 40 tienen exceso de grasa corporal sin necesidad de confirmación adicional.
Dos categorias
Además de las nuevas directrices diagnósticas, los expertos reunidos en torno a Francesco Rubino, del King’s College de Londres, proponen dos nuevas categorías: “obesidad clínica” para las enfermedades crónicas asociadas a una disfunción orgánica duradera y “obesidad preclínica” para la fase anterior que presenta riesgos para la salud, pero ninguna enfermedad crónica todavía.
Según los autores, se necesitan diferentes estrategias terapéuticas en las dos fases. La propuesta de la “Comisión sobre Obesidad Clínica”, que reúne a médicos de diferentes especialidades, cuenta con el apoyo de 76 sociedades científicas y asociaciones de pacientes de todo el mundo, como especifica el artículo.
Se estima que hay más de mil millones de personas que padecen obesidad en todo el mundo. En Suiza, la proporción se ha duplicado en los últimos 30 años: entre los hombres pasó del 6% en 1992 al 13% en 2022, y entre las mujeres del 5% al 11%, según cifras de la Oficina Federal de Estadística. Esta evolución se observa en todos los grupos de edad.