Al llegar a Findel el pasado viernes al mediodía, el pasajero de un vuelo Bari-Luxemburgo probablemente no esperaba partir con 850 euros en cheques regalo para el duty-free, el aparcamiento y el restaurante Oberweis, así como 500 euros ofrecidos por un vuelo de Luxair. Pero el destino decidió que fuera la viajera número cinco millones del año en el aeropuerto de Luxemburgo.
Un gran éxito para Findel, que en 2014 tuvo la mitad de pasajeros. Si no se espera que el crecimiento sea tan significativo en los próximos diez años, Alexander Flassak, director general de lux-Airport, no necesita insistir en esta observación. Es tan obvio. El aeropuerto de Luxemburgo se ha convertido, con diferencia, en el primer aeropuerto regional, en un radio de 150 kilómetros.
En comparación, el de Metz-Nancy, en perpetua crisis, registró sólo 110.000 pasajeros este año y el de Saarbrücken 300.000 en 2023. Los de Lieja (1 millón) y Estrasburgo (1,2 millones) también están muy por detrás. Para encontrar un aeropuerto más grande que el de lujo, hay que mirar a Charleroi (9,3 millones), Colonia (9 millones), incluso Bruselas (22 millones) y Frankfurt (61 a 65 millones).
“Cada vez llegan más pasajeros de lugares cada vez más lejanos, especialmente de Francia y Alemania. En Bélgica hay menos”, explica Flassak, sin querer jugar la carta de la competencia con sus vecinos. A veces envidiado, el crecimiento de Luxemburgo puede constituir una gran competencia para quienes luchan por despegar o, simplemente, representar un salvavidas. Las sinergias entre Lorraine Aéroport y lux-Airport ya se mencionaron el año pasado, sin que el proyecto haya experimentado ninguna evolución significativa en los últimos meses. “Mantenemos excelentes relaciones con los aeropuertos vecinos, a los que no consideramos adversarios”, responde el director general a Lo esencial.
Solo en el mundo, muy por delante de los demás, Findel debe afrontar sus propios límites. La optimización de las dos terminales constituye una primera respuesta en la que está trabajando el aeropuerto. La ampliación del edificio, una segunda, con la inauguración prevista en 2025 del Skypark Business Center.
Con más de 120 destinos, lux-Airport nunca será un centro, sino siempre un aeropuerto de tamaño medio que le permitirá ir a muchos lugares, desde Europa hasta Oriente Medio pasando por el norte de África. “Eso es lo que lo hace tan atractivo”, señala Flassak. En cuanto a la posibilidad de que surjan vuelos de larga distancia, todo dependerá de la voluntad de las compañías. Los vuelos a China podrían ser más numerosos y el sueño de llegar a Estados Unidos directamente desde Luxemburgo aún no ha sido enterrado. “Nosotros ponemos en marcha la infraestructura, son las empresas las que deciden”, concluye.
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