El antiguo colegio de la congregación, propiedad del Centro de Servicios Escolares (CSS) de Côte-du-Sud desde 1995, ya no alberga estudiantes de la red pública desde 2019. El edificio está situado en la ruta Saint-Gérard, a pocos pasos de la nueva escuela primaria y frente a la escuela secundaria Saint-Damien.
Ya en 2017, la CSS tomó medidas para demoler la escuela construida en 1960, diseñada por los arquitectos Jean-Marie-Roy y Noël Mainguy.
Para salvar el imponente edificio y encontrarle otra finalidad, la Fundación Saint-Joseph-de-l’Espérance trabaja desde 2021 en un proyecto para convertirlo en 84 viviendas “asequibles”.
La arquitecta Anne Carrier, que participó en el estudio de viabilidad del proyecto, afirma que hay “un gran potencial” en la facultad, que cuenta con “una infraestructura en buen estado y lista para sufrir modificaciones”.
“Por supuesto que tenemos que cambiar el aislamiento, añadir insonorización, añadir muros cortina, salidas de emergencia y cumplir con el código de construcción, pero el edificio responde bien a estas modificaciones”, asegura la señora Carrier.
Sin embargo, a la organización pronto se le acabará el tiempo para convencer al centro de servicios escolares, que ha concedido a la fundación un plazo final que finalizará el 10 de enero de 2025.
Una clasificación para salvar el edificio
Diversos grupos de defensa del patrimonio, como el Grupo de Iniciativas e Investigación Aplicada en Medio Ambiente (GIRAM), solicitaron recientemente al Ministerio de Cultura y Comunicaciones otorgar la clasificación patrimonial al antiguo colegio para evitar su demolición.
En una carta dirigida al ministro Mathieu Lacombe, el GIRAM subraya “el lado innovador de la construcción” para su época, que atestigua una “renovación arquitectónica”.
Además, el colegio representa “la última gran obra” construida por la congregación y es testimonio de la importancia que alguna vez tuvieron las hermanas en esta comunidad.
“Es un edificio patrimonial moderno, que actualmente no goza de gran popularidad. Pero es un edificio con un enorme valor patrimonial, y que es también un símbolo para la población local”, corrobora Jean-Louis Vallée, presidente de la Fédération Histoire Québec, que también pidió al ministerio que lo clasificara.
“Desde el punto de vista medioambiental, la demolición representa una enorme contaminación, porque todo acaba en el vertedero”, señala Vallée.
Según el arquitecto responsable de los análisis, la clasificación del colegio no representaría un obstáculo para la recalificación del edificio, sino que serviría para obtener una mayor proporción de financiación del Ministerio de Cultura.
“El edificio ya ha sido modificado varias veces y no todos los elementos tienen valor patrimonial. Pero ya sea que esté clasificado o no, preservaremos y resaltaremos estos elementos, para que no represente una explosión de costos”, dice la señora Carrier.
Los distintos actores que quieren salvar el colegio sostienen que su demolición, así como la reubicación de la biblioteca municipal y de la Casa de la Cultura, que todavía se encuentran allí, serían más caras que el proyecto de viviendas. Sin embargo, no se ha realizado ninguna estimación de costos en relación con el proyecto de recalificación.
La empresa matriz como prioridad
En entrevista con el sol, El alcalde de Saint-Damien-de-Buckland, Sébastien Bourget, subraya que la marcha de la congregación ha dejado un vacío en la comunidad, entre otras cosas por los numerosos edificios que las hermanas dejaron vacíos.
“Lo que debemos entender con este expediente es que más allá del colegio, hay muchos otros edificios patrimoniales vinculados a la presencia de las hermanas desde hace 130 años. Otros municipios como el nuestro no tienen esta cantidad de edificios patrimoniales”, afirma Bourget.
En 2018, el consejo municipal de Saint-Damien creó un comité de transición para decidir el destino de varios edificios, incluido el de la casa madre, situada en el centro del pueblo.
“Desde una perspectiva de buena gestión municipal, el consejo tenía que posicionarse: ¿qué estamos haciendo, qué es mejor salvar para garantizar el futuro de Saint-Damien? Es así de sencillo”, afirma el alcalde de este municipio de 1.893 habitantes.
Debido a su posición central y a su “patrimonio superior y riqueza histórica” ya citada por el Ayuntamiento, el ayuntamiento decidió concentrarse en la conservación y recalificación de la casa madre y los edificios adyacentes.
En el caso del Collège de Saint-Damien, Bourget asegura que apoyará el proyecto de vivienda, siempre que la fundación cumpla tres condiciones que ya ha puesto sobre la mesa. Sobre todo, no quiere que el proyecto quede en la nada y que dentro de unos años la universidad recaiga sobre los hombros del ayuntamiento.
“Hay que tener seguridad de la sostenibilidad del edificio, de la viabilidad del proyecto en el futuro y de que cuenta con la financiación necesaria. Desgraciadamente, desde hace tres años estas condiciones nunca se han cumplido”.
— Sébastien Bourget, alcalde de Saint-Damien-de-Buckland
Por otro lado, asegura que la CSS de la Côte-du-Sud pondrá a disposición del Municipio varios espacios para trasladar la Casa de la Cultura así como la biblioteca municipal. La residencia para mayores L’Oasis, que todavía se encuentra en el colegio, se trasladará el próximo verano a la casa de los padres.
Si el centro de servicios escolares finalmente avanza con la demolición, el alcalde Bourget plantea la idea de comprar el terreno para un desarrollo residencial, ya que a su comunidad “falta espacio” para nuevas construcciones.
La CSS de la Côte-du-Sud se negó a comentar la situación antes de enero, alegando que los responsables del expediente “se encuentran actualmente fuera de la oficina”.
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