Manuel Reman, al frente de Krug y de sus 70 empleados durante dos años y medio, disfruta de su trabajo como si hubiera alcanzado el Santo Grial. “Entre las muchas casas de champán del grupo LVMH, es mi favorita. Despierta pasiones y seguro que siempre recordaremos nuestra primera copa de Krug”admite. Todavía no llegará a tatuarse la marca en el brazo, como hacen algunos aficionados a las añadas Clos d’Ambonnay y Mesnil, que se encuentran entre los champagnes más caros (más de 3.000 euros el primero, más). de 2.000 euros por el segundo).
Manuel Reman anteriormente ascendió de rango y ocupó diversos puestos, desde director de proyectos hasta interventor financiero, dentro de las marcas de champán de Moët Hennessy, la entidad que agrupa los vinos y licores de LVMH. Trabajó en Moët & Chandon, Dom Pérignon, Mercier, Ruinart… En 2022, a los 44 años, dirige Krug, una preciosa casa en Reims. Su perfil es atípico: de origen indio por parte de padre y normando por parte de madre, no creció en las margas de Champaña. Pero rápidamente aprendió la estética que transmiten las burbujas.
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