La icónica golosina Carambar, de Lille, celebró en 2024 70 años de una rica historia, marcada por una sucesión de accionistas que van desde los gigantes de la agroindustria Danone y Mondelez hasta el fondo de inversión francés Eurazeo, propietario desde 2017.
El caramelo rectangular de color oscuro, disponible también en sabor afrutado o de cola, ha cambiado varias veces de grupo, e incluso de nacionalidad, desde su nacimiento en 1954 a partir de una mezcla de caramelo y cacao, en la fábrica de Lille de la empresa Delespaul-Havez, fundada en 1848.
En 1965, Carambar fue comprada por Générale Alimentaire, uno de los primeros conglomerados de marcas francesas con salsas Amora y rillettes Bordeau Chesnel en su cartera.
La Générale Occidentale, del multimillonario franco-británico Jimmy Goldsmith, tomó el control en 1972, recuerda el historiador empresarial Jean Watin-Augouard, en “La revue des marques”, publicación de Ilec, voz de las grandes marcas.
Luego fue Boussois-Souchon-Neuvesel (BSN), que más tarde se convirtió en Danone, quien se hizo con este pequeño caramelo masticable en 1980.
Los siguientes compradores son extranjeros: la británica Cadbury Schweppes añadió en 1998 Carambar, Menthe Claire, Michoko y Pimousse a su cartera de marcas que incluían también las bebidas Oasis, antes de ser absorbida a su vez en 2010 por el gigante americano Kraft Foods.
– Fábrica histórica cerrada –
Renombrada Mondelez International desde 2013, esta última produce actualmente varias referencias muy conocidas por los consumidores, bajo las marcas LU, Milka, Belin o Côte d’Or.
Última etapa de la gira mundial de Carambar en mayo de 2017, con la adquisición por parte de la sociedad de inversión francesa Eurazeo. La entonces directora general del fondo, Virginie Morgon, habló entonces de “marcas magníficas con un potencial poco desarrollado”.
La estrategia del fondo es comprar empresas y combinarlas con otros activos para crear una nueva entidad, que puede venderse después de un período determinado, en promedio entre cinco y siete años, generando una plusvalía.
Desde 2017, para mejorar la situación financiera de la empresa, Eurazeo reunió en 2018 al segundo fabricante de golosinas de Francia (muy por detrás de Haribo) con el número 3, Lutti (Arlequin), trasladó su producción a Francia y cerró en 2021 la Fábrica histórica de Carambar, situada en la rue de la chocolaterie en Marcq-en-Baroeul.
El alcalde de la ciudad del norte, Bernard Gérard, recordó a la AFP el “apego real” de los habitantes a la marca y la organización de un “lanzamiento de Carambar” cada primavera. Pero ahora es en la fábrica Lutti de Bondues, 7 kilómetros más al norte, donde se producen los caramelos, famosos por los chistes escolares impresos en los envases.
– “Dos giras alrededor del mundo” –
Carambar&Co cuenta actualmente con alrededor de 900 empleados, 400 millones de euros de facturación anual -frente a 280 millones de euros en 2017-, cuatro plantas de producción en Francia, tres de dulces (Bondues, Saint-Genest-d’Ambière en Vienne y Vichy) y una de chocolates, en Estrasburgo. Acaba de vender la histórica fábrica del chocolatero Poulain, situada cerca de Blois, en Loir-et-Cher, a la empresa familiar Andros.
Preguntada sobre la posibilidad de una reventa mencionada a finales de noviembre por el medio económico L’Informé, Hélène Riboulleau, directora de marketing e I+D de Carambar&Co, dijo a la AFP que “no quiere comentar un rumor” y se refirió a Eurazeo, que no quería hablar.
Riboulleau, por su parte, subrayó el dinamismo del mercado de las golosinas, que “pronto alcanzará los mil millones de euros en Francia con un aumento de los volúmenes vendidos”. En 2017, fueron 700 millones de euros, recuerda, señalando que se trata de un “mercado de placer donde prima la calidad” y donde las marcas resisten la presión de los distribuidores.
Preguntada sobre el cierre de la histórica fábrica, explicó que la empresa había tomado “la decisión de acercar dos emplazamientos industriales para concentrar allí las inversiones y garantizar un emplazamiento eficiente”.
Recordó también que “en Francia comemos 2.000 Carambar por minuto”, y que “sumando el número de Carambar producido” cada año, “82.000 km, permitiríamos hacer dos viajes alrededor del mundo”.
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