A medida que se acerca la Navidad, la seguridad de los juguetes es una prioridad para las autoridades francesas. En 2023, Fraud Repression destruyó más de 225.000 juguetes peligrosos y no conformes, un aumento en comparación con el año anterior.
Control riguroso para garantizar la seguridad
En el laboratorio de Villeneuve-d’Ascq de la Dirección General de Competencia, Consumo y Lucha contra el Fraude (DGCCRF), los juguetes se someten a pruebas para comprobar si cumplen las normas de seguridad. Se realizan “pruebas de tracción” para garantizar que las piezas pequeñas, como los ojos o la nariz de los peluches, no se desprendan con demasiada facilidad. Los elementos desmontables deben soportar una presión de 90 newtons, o aproximadamente 9 kg: esta es la fuerza que puede ejercer un niño.
Las pruebas van más allá: se utiliza un cilindro que representa el tamaño del esófago de un niño de tres años para detectar los riesgos de la ingestión. En caso de incumplimiento, las consecuencias son graves. Si el producto no cumple, se aplicará una medida de recuperación y retirada.
Los resultados de la DGCCRF son preocupantes. De más de 2.000 establecimientos inspeccionados en 2023, el 28% presentó diversas deficiencias. Los laboratorios analizaron alrededor de 700 juguetes y se encontró que el 19% eran peligrosos. Las plataformas de comercio electrónico concentran gran parte del problema: entre los 70 juguetes analizados en estos sitios, el 36% fueron considerados peligrosos, una tasa muy superior a la de las tiendas tradicionales.
¿Cómo proteger a los niños?
Algunos juguetes destruidos ilustran los grandes riesgos para los niños: una pistola de burbujas con pilas demasiado accesibles, globos que contienen sustancias cancerígenas o incluso un disfraz cuyos cables podrían provocar estrangulamiento. En cuanto a los peluches, un acolchado mal asegurado representa un peligro de asfixia.
Ante estas cifras, las autoridades recuerdan la importancia de las normas vigentes. El marcado obligatorio “CE” garantiza que el producto cumple con los requisitos esenciales de seguridad. Los padres también deben comprobar la edad mínima recomendada y las advertencias en el etiquetado. “ Los problemas siguen siendo más frecuentes entre los distribuidores no especializados y en determinados sitios web », insiste la DGCCRF.
En 2023, la mayor vigilancia de los investigadores permitió destruir 225.000 juguetes no conformes, frente a 184.000 en 2022. A medida que se acerca la Navidad, estos controles intensivos tienen como objetivo ofrecer a los niños juguetes seguros, concienciando al mismo tiempo a los padres sobre los riesgos a veces invisibles.
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