En la frontera con Luxemburgo, la plaga de los señores de los barrios marginales

En la frontera con Luxemburgo, la plaga de los señores de los barrios marginales
En la frontera con Luxemburgo, la plaga de los señores de los barrios marginales
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Personas alojadas en sótanos, en pequeños apartamentos sin calefacción ni ventilación: los alcaldes son a menudo los primeros en ser llamados a afrontar situaciones de vivienda indignas, especialmente en zonas en tensión.

Históricamente, en el Este, el problema se daba principalmente en las zonas urbanas: Metz y Forbach, principalmente en el Mosela, “pero el norte del departamento, en la frontera franco-luxemburguesa, es ahora un problema porque allí se está desarrollando”, explica el El subdirector de la Dirección Departamental de los Territorios (DDT) del Mosela, Gautier Guérin.

La presión inmobiliaria es muy fuerte en Luxemburgo, donde los precios suben hasta los 8.000 euros por metro cuadrado de media, con más de 10.000 euros por m2 en el centro del país, según el sitio web Immotop.lu. Precios similares a ciertos distritos de París.

Y las solicitudes no paran de llegar… Por eso, la presencia de comerciantes de sueño, cuya actividad puede ser muy lucrativa, nunca está lejos.

“Por el momento estamos debatiendo con Luxemburgo sobre cuestiones importantes de planificación territorial, sobre las necesidades de vivienda en sentido amplio. Este problema de la infravivienda forma parte de los debates, pero aún no se ha profundizado lo suficiente, según Guérin.

“Aumento constante de informes”

El DDT constata un “aumento constante de las denuncias”: fueron 600 en 2023, una cifra “más del 32 % con respecto a 2022”, según la dirección. Se esperan unas 800 denuncias para 2024. Más de la mitad de las denuncias se resuelven en el plazo de un año “sin necesidad de llegar a procedimientos coercitivos”, señala el DDT.

Pero cada año sólo llegan a los tribunales “entre 10 y 15 procedimientos judiciales”, según François Pérain, fiscal general del Tribunal de Apelación de Metz. “No tenemos capacidad para llevar ante la justicia las 500 denuncias”, advierte de entrada, pero “aún habría que aumentar un poco el volumen”.

Los vendedores de viviendas inhabitables a precios elevados “deben ser llevados ante un tribunal penal y castigados”, explica Pérain.

Sobre todo porque la justicia es la única que puede confiscar estos bienes, argumenta el magistrado. “En mi opinión, esto sigue siendo especialmente disuasivo”. Se firmó un acuerdo entre las fiscalías y los servicios del Estado para mejorar la transmisión de información sobre estos señores de los barrios marginales.

En Mosela, las autoridades calculan en 13.000 el número de viviendas indignas, lo que podría representar unos 30.000 habitantes.

Permisos para alquilar en determinadas calles.

Ante esta constatación, varias comunidades de municipios han implementado “permisos de alquiler” en determinadas calles. Los propietarios, antes de (re)alquilar una propiedad, deben solicitar autorización, enviando los justificantes a la administración y programando una visita para comprobar el estado del alojamiento.

Más raramente, algunos municipios establecen un sistema de declaración simple.

La comunidad de aglomeración Val de Fensch, donde se podría alquilar cerca del 4% de las viviendas infraviviendas, ha probado el permiso de alquiler desde 2021 y lo ha hecho permanente en 2023, en siete municipios de los diez que componen la comunidad.

En los últimos tres años se han producido 250 visitas a viviendas y 12 denegaciones de alquiler, explica Alexandra Rebstock-Pinna, vicepresidenta responsable del tema. Alrededor de sesenta personas más recibieron autorización con recomendaciones de trabajo.

Para el electo, esto “contribuirá a mejorar el patrimonio en general”, y los propietarios en general “acogieron con satisfacción el sistema”. Esta herramienta “parece bastante impactante y bastante educativa al mismo tiempo”, observa Guérin.

Cuatro municipios fronterizos de la comunidad de municipios del Pays-Haut-Val d’Alzette, entre ellos Villerupt (Meurthe-et-Moselle) o Audun-le-Tiche (Moselle), también lo adoptaron y lo implementarán a partir del 15 de enero. La tasa de viviendas potencialmente indignas en esta comunidad de municipios se estima en un 6%.

Los propietarios que se resistan al sistema se enfrentan a multas.

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