Aficionados a las bebidas para llevar a cualquier hora del día, los turistas del otro lado del Atlántico están indignados por el consumo de café de los europeos.
Hay algunos choques culturales que son más sorprendentes que otros. Para los estadounidenses, serían los hábitos de consumo de café de los europeos. Al menos, según los turistas que se quejaron en la red social Tiktok. El 25 de mayo, Sarah Tonen, una estadounidense de vacaciones “en Europa” (por más evasiva que sea), se dirigió a sus abonados para denunciar los horarios de apertura de los cafés. Al amanecer (es decir, en plena noche), mientras los baristas aún estaban en brazos de Morfeo, la joven viajera se sorprendió al ver que nadie manejaba la máquina de café de su hotel: “Yo estaba muy confundida. Es tan raro.” Una brecha cultural basada en hábitos de consumo drásticamente diferentes, y que es suficiente para divertir a los europeos.
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El arte de tomar café
Con un toque de ingenuidad, el vídeo provocó inmediatamente una reacción entre los internautas franceses: “Son las 6:45 de la mañana, haz tu propio café”, comentó uno. “Les gusta gastar 10 euros de más en cafeterías baratas”, afirma otro. Hay que decir que nuestros rituales matutinos son muy diferentes. Para muchos de nosotros, los europeos, el tranquilizador zumbido de la máquina de café y su cálido olor nos motivan a levantarnos de la cama cada mañana. Del lado de los estadounidenses, los seguidores de vida rapida, es una carrera a Starbucks, Dunkin Donut’s o la cafetería independiente local que marca su mañana antes de ir al trabajo. No es necesario bajar del coche, una vez realizado el pedido en una terminal, las bebidas aparecen mágicamente por la ranura del establecimiento franquiciado. Y esto, desde las primeras horas del día. Un hábito que pesa mucho en el bolsillo, pero del que a muchos les resulta difícil desprenderse.
“Me dicen todo el tiempo, ‘para ahorrar dinero, haz tu café en casa’, pero me encanta subirme a mi auto, poner algo de música y tomar un café. Es una actividad, una “fiesta”, que me lleva a través de los largos meses de invierno. No puedo deshacerme de él”, defiende @taylordonoghue en TikTok. Una costumbre que algunos también optan por parodiar con autodesprecio en las redes sociales. “Estoy estresada por el dinero, así que voy a gastar $9 en un batido”, bromea un usuario filmándose con su bebida helada.
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No es el mismo café
La bebida que se sirve en las tazas americanas también es muy diferente. Siguiendo en Tiktok, descubrimos multitud de vídeos de turistas dando tutoriales sobre cómo pedir un café “al estilo americano” en Europa. De hecho, el espresso, el café largo y el café crème, grandes clásicos de nuestras terrazas, parecerían demasiado rústicos para los americanos que prefierencafé helado en verano: café helado en francés. Una tendencia procedente de Estados Unidos que se está generalizando en Europa, pero no lo suficiente como para atraer a establecimientos todavía en activo, típicamente franceses, italianos o incluso españoles. Resultado ? A los turistas se les sirve un espresso flanqueado por cubitos de hielo y se les obliga a prepararlo solos, como el usuario @itsfernandadiaz en TikTok: “Mis dos neuronas intentando hacer un café helado en Europa”, comenta.
Hay que decir que al otro lado del Atlántico, patria del gigante Starbucks, las cartas ofrecen una amplia selección de bebidas con nombres excéntricos, coronadas con nata montada o colorantes artificiales. Como el Starbucks Choco Chip Frappuccino, compuesto por “salsa con sabor a chocolate y chips de chocolate Frappuccino combinados con almíbar con sabor a café y leche, mezclados con hielo picado, rematados con nata montada y un chorrito de almíbar sabor a chocolate”, podemos leer en la web de la cadena. .
Creaciones que van al ritmo de las estaciones, desatando tendencias entre los jóvenes que comparten en las redes sociales las últimas novedades en bebidas imprescindibles. Recordamos, por ejemplo, el café con leche y especias de calabaza, que incendió Internet en la década de 2000. Una bebida con sabor otoñal de Starbucks, compuesta de café, canela, nuez moscada y nata montada. Lo suficiente como para ya no saber cómo es un simple café.
