Se avecinan muy malas noticias para miles de contribuyentes.
Esta es una muy mala noticia para miles de franceses. El impuesto a la propiedad, que ya es alto y representa una porción significativa del presupuesto anual, no está a punto de disminuir o, al menos, estabilizarse. Cada año aumenta mínimos del nivel de inflación y, por lo tanto, obliga a los contribuyentes a escarbar más en sus billeteras. Y 2025 no será una excepción a la regla.
El impuesto sobre la propiedad, que representa 52 mil millones de ingresos para el Estado, es una parte central de las finanzas públicas. Y deben pagarlo todos los propietarios de un terreno, ya sea que esté edificado (es decir, con una casa o cualquier otra construcción), o no edificado. En 2025, algunos de ellos deberían haber visto reducirse la factura. Al final no será así. La puntuación será mucho más alta de lo esperado.
Inicialmente se esperaba que el año próximo bajara el impuesto sobre la propiedad para unos 400.000 franceses. De hecho, se había añadido una reducción especial al proyecto de ley de finanzas de 2025, pero con la censura del gobierno y la cancelación de los textos financieros, esto no se aplicará.
Esta medida no era insignificante, ya que iba dirigida a los agricultores, cuya ira se viene gestando desde hace semanas. Cada año, los agricultores deben pagar impuestos sobre la propiedad sobre propiedades no desarrolladas utilizadas con fines agrícolas. En otras palabras, es un impuesto por el uso de la tierra para sus cultivos.
La ley establece que esta cantidad es En realidad reducido en un 20%. En 2025, debería haberse reducido en un 30%, lo que permitiría a los agricultores ahorrar dinero pagando menos impuestos a la propiedad. “Esta medida debería permitir hacer más atractiva la explotación de tierras agrícolas y reducir los impuestos sobre la producción que soportan los operadores agrícolas”, motivó el diputado Charles de Courson, al origen de la propuesta.
Sin embargo, como la moción de censura está a punto de ser aprobada, el presupuesto estatal para 2025 fracasará y con él la reducción de impuestos. Un duro golpe para los agricultores, que por tanto deberían ver incrementado su impuesto sobre la propiedad, en torno al 2% (según la inflación final). El proyecto de ley promete ser mucho más pesado de lo anunciado. A menos que durante el año se apruebe un texto que permita restablecer esta reducción fiscal.