Un masajista de 74 años tendrá que pagar 95.000 dólares a una mujer de Quebec a la que se masturbó sin consentimiento, mientras ella le consultaba por una simple lesión en la ingle.
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“Hay que acabar con la permisividad de este tipo de comportamiento. Además, conviene enviar un mensaje de denuncia: tolerancia cero”, proclama el juez Louis Marquis en una sentencia dictada el miércoles ante el Tribunal Superior de Quebec.
Reprendió así los gestos sexuales de Alain Laliberté, un masajista de Drummondville. En marzo de 2020, su paciente de 62 años “vio cómo su mundo se derrumbaba” cuando lo visitó. Laliberté le daría un sencillo masaje para el “tratamiento del psoas”, músculo situado entre el fémur y la columna.
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En cambio, fue “atacada”, con una toalla sobre los ojos, en su camilla de masaje. Cabe señalar que el “tratamiento terapéutico” pagado por 75 dólares tuvo lugar en la sala de estar de Laliberté, entre un televisor y un sofá.
“La señora siente una pérdida de control interior. Hay penetración digital en la vagina. […] Mientras tanto, su cuerpo se congela. Esperando poder escapar. Todo le parece interminable, pero debido a su estado de ánimo, la noción del tiempo se vuelve en gran medida imprecisa”, explica el magistrado, revelando estos sórdidos detalles.
el lo niega todo
El Tribunal Superior también calificó de “preocupante” el comportamiento y actitud del masajista en este caso.
“Ha negado constantemente los hechos alegados, no sólo desde el inicio de este proceso, sino desde el inicio […]. La prueba de su negación trasciende toda su conducta”, lamenta Louis Marquis.
El juez señala también que la paciente de Alain Laliberté le dijo al final de su “tratamiento” que la había agredido. “Bueno, no, parecías satisfecho”, habría respondido el septuagenario, ahora excluido de la Red de Masajistas Profesionales de Quebec por esta cuestión.
“El comportamiento del caballero es ciertamente ilegal e intencional. ¿Para qué? La penetración digital dentro de la vagina no forma parte del protocolo de tratamiento del psoas. No hay ninguna explicación a nivel terapéutico que justifique este gesto”, critica el tribunal.
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una buena lección
Por estos motivos, el juez finalmente condenó a Alain Laliberté a pagar 95.000 dólares en concepto de daños morales y punitivos a su paciente.
“Cuando acudes a un profesional hay que poder tener confianza. El demérito aquí para cualquiera que parezca tener habilidades que le permitan establecer un vínculo privilegiado con una persona, obtener de ella información personal y brindarle una atención basada en la experiencia, es inaceptable”, advierte el Tribunal Superior.
El tribunal subraya las graves consecuencias para la vida de la víctima, que no pudo volver a trabajar tras este “abuso sexual”. El sexagenario todavía recibe una indemnización del CNESST por este shock postraumático.
“Sufre una falta de confianza que ahora la lleva a aislarse”, afirmó el juez. Su dignidad perdida regresa poco a poco, no sin dificultades debido a los períodos de flashback que pasan por su mente. […] De lo anterior se desprende que el daño sufrido por la señora afecta la totalidad o la totalidad de su vida”.
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