Los sucesivos anuncios de los hipermercados Carrefour y E.Leclerc afirmando que no venden carne de Sudamérica podrían lógicamente plantear una pregunta entre los consumidores: ¿cuál es el origen de la carne que consumen?
¿Cuál es el origen del filete de ternera o del filete de pollo que los hogares compran en los supermercados? Una pregunta legítima a la que hemos decidido dar respuestas muy claras.
“Al 99% no vendemos carne del Mercosur”
Michel-Edouard Leclerc, el emblemático jefe de los hipermercados del mismo nombre, dijo ante el micrófono del Gran Jurado RTL-M6-Le Figaro-Senado Público el domingo 24 de noviembre: “Al 99% no vendemos carne del Mercosur”.
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Unos días antes, era Carrefour quien hablaba de este tratado económico que une a la Unión Europea y la alianza entre Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina, garantizando no comercializar ninguna carne producida en uno de estos países sudamericanos.
Recordemos que este acuerdo de libre comercio, que prevé, entre otras cosas, la eliminación de los derechos de aduana sobre diversos productos alimenticios, incluida la carne, está en el centro del descontento de los agricultores.
El logotipo “Origen Francia”
En este contexto de tensión, y de sucesivos anuncios, los consumidores lógicamente se preguntarán de dónde procede el filete de ternera y el filete de pollo que compran. Recordemos en primer lugar que una mención, etiquetada “Origen Francia”permite saber que un trozo de carne de vacuno procede de un animal criado, sacrificado y envasado en Francia, recuerda Interbev, la asociación interprofesional de ganadería y carne.
Se ha desarrollado toda una gama de logotipos para resaltar el origen tricolor de la carne de cerdo, conejo y cordero. En caso contrario, o en caso de duda, basta con leer atentamente la etiqueta para comprobar la indicación de origen obligatoria para las carnes preenvasadas de las especies porcina, ovina y caprina, así como para las aves de corral. El Ministerio de Economía recuerda además que también son obligatorios los lugares de cría y sacrificio, pero no el lugar de nacimiento.
Carne importada en más del 30% del consumo
En cuanto a saber si el filete que tenemos en el plato es francés o extranjero, el resumen económico publicado por FranciaAgrimer El pasado mes de junio está claro: “La caída del consumo en 2023 va acompañada al mismo tiempo de una disminución al mismo ritmo de las importaciones totales de carne en Francia”. Sin embargo, la proporción de carne importada preocupa en promedio más del 30% del consumo total de carne. Es en el sector de la carne de vacuno donde comemos menos filetes extranjeros, ya que la proporción de las importaciones representa alrededor del 25% del consumo total.
Recordemos que Francia es el primer productor de carne de vacuno de Europa, pero también importa de Países Bajos e Irlanda. Filetes y filetes que se juntan tanto en distribución masiva como en comidas de restauración colectiva. Para que se hagan una idea, sólo en el primer trimestre de 2023, el 85% de la carne de vacuno importada en Francia procedía de Europa, indicó el revista agrícola Réussir.
El Reino Unido representa la mayoría de las pistas consideradas fuera de la UE. En comparación, la carne brasileña sólo ocupó el 1,3% de la cuota de mercado. Y entre enero y noviembre de 2023, las importaciones desde el país de Corcovado incluso cayeron un 34% en volumen, en comparación con el mismo período del año anterior, aún según Tener éxito.
La carne de cerdo sigue siendo la más consumida
En cambio, la tendencia es completamente diferente en lo que respecta a la carne de oveja y de cerdo. Casi el 60% de las piezas de cordero y oveja consumidas por los franceses fueron importadas en 2023, según FranceAgrimer. El Reino Unido es uno de los principales proveedores de Francia.
En cuanto a la carne de pollo, cuyo contexto inflacionario ha estimulado su popularidad por sus precios más accesibles que el resto del sector cárnico, la mitad de los filetes, muslos y otras piezas se produjeron fuera de las fronteras francesas. Si bien este tipo de consumo se ha duplicado en veinte años, los franceses comen principalmente pollo procedente de Bélgica y Polonia.
Sin embargo, la carne de cerdo sigue siendo la más consumida, aunque la tendencia es a la baja (-3,7% respecto a 2022). La proporción de las importaciones se situó en el 29%, un ligero descenso debido a la disminución de las llegadas de productos de carne de cerdo fresca, refrigerada, congelada, grasa de cerdo y también carne de cerdo ahumada en salazón.
Por último, recordemos que, sin embargo, los franceses comen menos carne que en el pasado: una nota resumida de FranceAgriMer publicada el pasado mes de junio indicaba una disminución del 19% en los últimos veinte años. De media en Francia el año pasado, cada habitante consumió 83,5 kg de equivalente en canal (kgec), frente a los 85,1 kgec de media cada año entre 2013 y 2022.