Los franceses reciclaron 120.000 toneladas adicionales de envases de plástico entre 2022 y 2023. El reciclaje global de envases domésticos aumentó 1,5 puntos, con un aumento en el reciclaje de plásticos y papel/cartón.
Los franceses clasificaron el 27% de los envases de plástico en 2023, frente al 24,5% en 2022, según las cifras reveladas el lunes por Citeo, la organización que coordina la recogida y clasificación de los residuos de envases domésticos. Una mejora significativa que, sin embargo, todavía está lejos de los objetivos europeos. Para el plástico, el “depósito”es decir, la cantidad de envases procedentes del consumo doméstico, “es estable, por lo que en realidad se trata de un aumento neto” reciclaje, se alegra Jean Hornain, director general de Citeo, en una entrevista con la AFP. Los franceses reciclaron 120.000 toneladas adicionales de envases de plástico entre 2022 y 2023, un aumento que Hornain atribuye en particular al fin de la aplicación de la ampliación de las instrucciones de clasificación para todos los plásticos, con “un efecto de simplificación”.
La tasa de reciclaje de papel y cartón aumentó del 63 al 69%. Esto permite a Citeo anunciar una tasa global de reciclaje de envases domésticos que aumentará en 1,5 puntos. Así, los franceses clasificaron 58 kilogramos de envases domésticos por habitante en 2023, o 1,5 kg más que en 2022. “Debemos alegrarnos, porque estamos avanzando”estimó el señor Hornain, reconociendo al mismo tiempo que “no está en las trayectorias” fijado por Bruselas para el plástico y, en menor medida, para el aluminio, reciclados en un 27 y un 37% respectivamente, mientras que Europa se ha fijado el objetivo de reciclar un 55% de los residuos de envases de plástico de aquí a 2030, y un 60% para el aluminio. Francia, que recicla muy bien materiales de embalaje como el vidrio y el acero (86% para ambos en 2023), está tradicionalmente a la cola en cuanto a tasa de reciclaje de sus plásticos: según Eurostat, ocupaba el puesto 25 en 2022, muy lejos de países como Eslovaquia o Alemania, ya en línea o casi con el objetivo trazado por Bruselas.
Algunos de estos países, como Bélgica, han generalizado una política de precios de incentivo, cuyo objetivo es limitar la producción de residuos domésticos en el contenedor gris, cobrando al usuario sólo por los residuos que produce, lo que incita a una mayor clasificación. “Es una palanca de rendimiento”para Jean Hornain, quien subraya que sólo entre siete y ocho millones de franceses se benefician de este enfoque, una cifra muy inferior a la prevista por la ley de transición energética para el crecimiento verde de 2015: el texto había fijado un objetivo de 15 millones de habitantes. en 2020, luego 25 millones en 2025.
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