Según un estudio de C-Ways para la Comisión Nacional de Vales de Comida, los restauradores siguen siendo los principales beneficiarios del sistema, muy por delante de los supermercados y las tiendas locales.
Si bien la Asamblea Nacional adoptó con urgencia el miércoles la prórroga hasta finales de 2026 del exención que permite utilizar vales de comida para comprar todos los productos alimenticiosun estudio de la empresa comercializadora C-Ways para la Comisión Nacional de Vales de Comida (CNTR) intenta evaluar el impacto económico y social de este sistema a partir de cifras de la CNTR y del INSEE para 2024 y 2023.
Desde el punto de vista económico, “cada euro invertido por los empresarios en vales de comida genera 2,70 euros inyectados en la economía local”, según el estudio revelado por France Info. En total, 14.000 millones de euros se beneficiaron directamente de empresas y restauradores gracias a los vales de comida en 2023.
De este total, el estudio identifica “8.600 millones de euros para la comida tradicional o rápida, principal beneficiaria del sistema”. La gran distribución representa 2.900 millones de euros y el comercio local 2.500 millones de euros cada uno. Los vales de comida son también “una importante fuente de ingresos para el Estado, que recauda alrededor de 3.000 millones de euros al año a través del IVA, las contribuciones sociales y empresariales, así como los impuestos sobre sociedades y sobre la renta”, según el estudio. “Tras deducir las exenciones específicas concedidas, el beneficio neto para el Estado se estima en 845 millones de euros al año”, subraya C-Ways.
76.000 empleos directos
Según este estudio, el sistema es “un pilar del empleo”, ya que sustenta 76.000 puestos de trabajo directos en el sector de la restauración y menos de 7.500 en el sector de la distribución de alimentos. Si se elimina el sistema, C-Ways calcula que podrían desaparecer 40.000 puestos de trabajo.
Una supresión que temen algunos actores de la Comisión Nacional de Vales de Alimentación (CNTR), que involucra a todos los actores del sistema (empleadores, empleados, comerciantes, emisores) y garantiza a la vez información, toma de decisiones y control.
“Si el bono de comida se desvía un poco de su finalidad, existe el riesgo de que el Tribunal de Cuentas reconsidere la exención” de tasas, concedida específicamente para financiar la pausa para el almuerzo del empleado, explicó a la AFP Jean-Michel Rousseau, vicepresidente -presidente de la CNTR.
De hecho, la ampliación hasta 2026 del uso de vales de comida en los supermercados no ha sido bien recibida por los representantes de los restauradores. Romain Vidal, responsable del expediente del bono de comida del sindicato GHR en la CNTR, propone en cambio “ampliarlo de seis meses a un año porque el objetivo es hacer una ley, una reforma del bono de comida”, afirmó. sobre información de Francia. “Calculamos que un año nos permitiría revisar el bono de comida porque, de hecho, es necesario modernizarlo en muchos aspectos. Dos años es demasiado”, añadió.