¿Debemos tener cuidado con los productos de moda? Después de que Skyr, la estrella de nuestras estanterías, fuera destacada por sus exagerados beneficios para la salud y su elevado precio, UFC-Que Choisir advierte a los consumidores contra otro producto muy de moda: el kéfir. Esta bebida tradicional del Cáucaso a base de frutas o leche fermentada ha ganado popularidad en los últimos años entre los clientes que buscan nuevos sabores. El kéfir también es conocido por sus numerosos beneficios para la salud, en particular al actuar sobre el equilibrio de la microbiota intestinal y el bienestar digestivo.
Aprovechando esta buena imagen, los fabricantes aumentan los precios en los lineales, pero no siempre con prudencia. La bebida “actualmente se vende a un precio elevado: 4,50 euros por litro de media y hasta 7 euros para la marca Naturalia”, subraya UFC-Que Choisir. Lo que es más grave: “muchas bebidas vendidas en Francia bajo el nombre de kéfir en realidad nunca han tocado el más mínimo grano de kéfir”, advierten nuestros colegas.
Difícil diferenciar el kéfir de las clásicas leches fermentadas
Para ser considerado auténtico, un kéfir debe contener al menos 10.000 levaduras por gramo según el Codex Alimentarius, un programa conjunto de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hoy en día, las bebidas que se venden en nuestros supermercados con el nombre de kéfir se parecen más al suero de leche. Lo que no impide que los fabricantes hagan subir los precios.
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Pero entonces, ¿por qué los fabricantes son reacios a seguir la receta tradicional, incluso si eso significa engañar un poco al consumidor? “Trabajar con cepas precisas garantiza un resultado estable y limita los riesgos microbiológicos”, explica a UFC-Que Choisir Kerguillet, empresa bretona especializada en productos ecológicos. Otro argumento: los granos de kéfir auténtico “producen gas”, dando al producto un efecto chispeante que a menudo no es apreciado por los consumidores.
También es difícil para los clientes sentir la diferencia. Durante una cata a ciegas organizada por UFC-Que Choisir, ninguno de los voluntarios pudo distinguir entre el kéfir auténtico y una alternativa industrial.
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