OTTAWA | El gobierno federal ha estado en abierto conflicto con sus empleados desde que les exigió regresar a la oficina tres días a la semana. El problema es que no tiene idea del impacto del teletrabajo en la productividad y los servicios ya que no recoge ningún dato al respecto.
“Durante la pandemia hubo mucha contratación. ¿Cómo sabemos que necesitábamos hacer tanto si no evaluamos lo que están haciendo estas personas? Claramente, el criterio de selección no es maximizar los servicios a los ciudadanos”, denuncia Étienne Charbonneau, profesor de la Escuela Nacional de Administración Pública (ENAP).
Étienne Charbonneau
Foto proporcionada por ENAP
Para los cuatro sindicatos de servicios públicos, el teletrabajo “es un modelo probado que mejora la productividad y el bienestar de los trabajadores”.
Por el contrario, la Secretaría del Consejo del Tesoro indica a la Diario que el aumento de la presencia de oficinas tiene como objetivo “aumentar el desempeño organizacional”, con el objetivo de “garantizar la eficacia del servicio público en el desempeño de su mandato y la prestación de servicios”.
Navegar a ciegas
¿Quién dice la verdad? No hay datos concluyentes para determinarlo, responde Charbonneau.
Su equipo envió 168 solicitudes de acceso a la información para obtener datos que permitan evaluar el efecto del teletrabajo en la productividad de los funcionarios federales. Después de meses de esfuerzos y cientos de páginas de respuestas, no obtuvo ninguna.
El director de presupuesto parlamentario, Yves Giroux, que también cuestionó al Gobierno, confirma que “no existe ninguna medida de rendimiento de los funcionarios ni ninguna organización que mida esta productividad de forma estandarizada o creíble”.
Sin embargo, sin una herramienta para medir la eficacia, es imposible identificar los problemas y resolverlos, lamenta Giroux.
La situación es tal que algunos departamentos ni siquiera saben cuántos de sus empleados están teletrabajando, ni cuándo ni cuánto espacio de oficina necesitan para dar cabida a los que vienen, indica Charbonneau.
Además, la Secretaría del Consejo del Tesoro indica a la Diario no recopilar datos sobre las medidas disciplinarias impuestas a los funcionarios públicos en caso de disminución del desempeño o falta de asistencia durante el trabajo a distancia.
Sin impacto significativo
Sin embargo, el gobierno federal no es el único empleador público que navega a ciegas. El equipo de ENAP también contactó a las provincias de Quebec, Ontario, Columbia Británica, Isla del Príncipe Eduardo y Terranova y Labrador.
Este último es el único que ha realizado proyectos piloto para comparar la productividad de los equipos en teletrabajo, en modo híbrido o íntegramente en teletrabajo. El ejercicio demostró que el lugar de trabajo no tenía un impacto significativo en la productividad, dice Charbonneau.
En Quebec, en primavera se haría pública una evaluación de la política de teletrabajo. Ahora se espera que esté terminado a finales de año.