Una taxista se encuentra en la cárcel tras ser sorprendida por la policía agrediendo sexualmente a una clienta en estado de ebriedad, quien logró alertar a sus familiares durante el crimen.
“En este caso, el acusado actuó en beneficio de sus deseos e impulsos sexuales en un contexto de abuso de confianza y de explotación de la vulnerabilidad de la víctima”, subraya el juez Martin Chalifour, en el tribunal de Montreal.
Seifallah Rais quería salirse con la suya cumpliendo una pena en la comodidad de su casa, en particular con el pretexto de que tenía una buena reputación y no tenía antecedentes penales.
El magistrado, sin embargo, decidió lo contrario y lo envió a la sombra durante 14 meses.
“El encarcelamiento es el único castigo apropiado para expresar la desaprobación de la sociedad hacia el comportamiento del acusado y para desalentar comportamientos similares en el futuro”, cree.
La vida de la víctima dio un vuelco durante una velada que pasó con amigos en un bar, hace casi tres años, en noviembre de 2021.
Al salir del establecimiento estaba tan borracha que cayó por las escaleras, hiriéndose el dedo y la rodilla.
Ella llama a sus seres queridos
La joven finalmente logró, gracias a la ayuda del portero, encontrar un taxi. Seifallah Rais estaba al volante.
El acusado no sólo acompañó a la víctima hasta la puerta de su apartamento, sino que entró en él.
“En el acto, aprovechó su estado de ebriedad y confusión para realizarle diversos gestos de carácter sexual”, describe la sentencia.
“Jamás [la plaignante] no lo recompensó con gestos de naturaleza sexual a cambio. Por el contrario, durante el ataque se comunicó mediante mensajes de texto con su novio y una amiga para informarles de la situación”, mencionamos.
Incluso logró tener breves llamadas telefónicas con ellos.
La policía fue enviada al lugar. La joven entonces “corrió a sus brazos, rompiendo a llorar. Estaba en bragas”.
Seifallah Rais fue inmediatamente esposado.
Traumatizado
En una carta dirigida al tribunal, la denunciante detalló cómo el ataque cambió su vida, poniendo en peligro su carrera educativa y profesional.
“Ella padecía ansiedad y síntomas depresivos. Ha estado en terapia y medicada; esto provocó aumento de peso, caída del cabello y pérdida de autoestima”, informa el juez Chalifour.
Si su memoria de los acontecimientos se vio afectada por su embriaguez, “su cuerpo recuerda”, añade.
En cuanto a Seifallah Rais, padre, perdió su licencia de taxista. Pidió disculpas por sus crímenes ante el tribunal.
“Creemos que su delito estuvo motivado por la búsqueda de gratificación sexual por parte de una víctima percibida como vulnerable”, indica un informe previo a la sentencia.
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