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Los coches eléctricos están ganando terreno en el mercado de la automoción, y con ellos llegan nuevas dinámicas de conducción y seguridad. Un estudio reciente revela tendencias sorprendentes en los accidentes que involucran a estos vehículos del futuro. Profundicemos en los detalles de este análisis que bien podría influir en su próxima elección de vehículo.
Un descenso significativo de las colisiones frontales
El estudio muestra que los coches eléctricos son 6% menos probable verse implicados en colisiones frontales reparables que sus homólogos de gasolina. Concretamente, esto se traduce en 26% colisiones frontales para los vehículos eléctricos frente al 32% para los vehículos térmicos.
Esta diferencia se explica principalmente por la modernidad de los vehículos eléctricos. De hecho, se benefician de las tecnologías de asistencia al conductor más recientes, que incluyen:
- Quedarse en el carril
- Sistemas para evitar colisiones frontales
- Frenado automático de emergencia
Estas características de seguridad avanzadas ayudan eficazmente a reducir el riesgo de accidentes frontales, proporcionando así una conducción más segura para los usuarios de vehículos eléctricos.
La otra cara de la moneda: más colisiones por alcance
Paradójicamente, si bien los coches eléctricos sufren menos colisiones frontales, tienen más probabilidades de ser golpeados por detrás. El estudio revela que El 36% de las reparaciones en vehículos eléctricos se refieren a impactos traseros, frente a sólo el 28% de los vehículos térmicos.
Esta sorprendente estadística podría explicarse por una característica específica de los coches eléctricos: el frenado regenerativo. Este sistema, que permite recuperar energía cinética durante las fases de desaceleración, modifica significativamente el comportamiento del vehículo cuando el conductor suelta el acelerador.
Los conductores de vehículos térmicos, no acostumbrados a esta característica, podrían verse sorprendidos por la repentina desaceleración de un coche eléctrico que circula delante de ellos, aumentando así el riesgo de colisión por alcance.
Impacto en los costos de reparación.
Si los coches eléctricos parecen tener mejores resultados en términos de colisiones frontales, ¿qué pasa con los costes de reparación? El estudio arroja una luz interesante sobre este punto.
Las colisiones frontales son generalmente 40% más caro de reparar que los impactos traseros. Por tanto, la menor implicación de los vehículos eléctricos en este tipo de accidentes podría representar una ventaja económica para sus propietarios.
Sin embargo, es importante señalar que las reparaciones de los coches eléctricos siguen siendo generalmente más caras y tardan más en realizarse que las de los vehículos térmicos. Varios factores explican esta situación:
- El uso masivo de piezas originales (OEM): 90,3% de las piezas Las piezas utilizadas en la reparación de vehículos eléctricos son piezas originales, frente al 64,4% de los vehículos térmicos.
- Menos posibilidad de reparar piezas: sólo 12,4% de las piezas se pueden reparar en los coches eléctricos, frente al 13,9% en los vehículos térmicos.
Estos elementos contribuyen a aumentar los costes y tiempos de reparación para los propietarios de vehículos eléctricos.
El costo total de las reclamaciones.
A pesar de estas diferencias en comportamiento y costes de reparación, el estudio revela que la frecuencia de siniestros totales es casi idéntica entre vehículos eléctricos y térmicos. La diferencia es inferior a una décima porcentual.
Sin embargo, cuando se produce una pérdida total, el coste medio es mayor para los coches eléctricos. En el tercer trimestre, el coste medio de un siniestro total por un vehículo eléctrico fue 32 718 eurosfrente a los 31.070 euros de un vehículo térmico del año modelo 2021 o más reciente.
Esta diferencia de coste puede explicarse, en particular, por el mayor valor de los componentes de los coches eléctricos, en particular la batería, que representa una parte importante del coste total del vehículo.
Hacia la estandarización de las tecnologías de seguridad
Si bien los coches eléctricos parecen tener actualmente ventaja en términos de seguridad frontal, es probable que esta brecha se reduzca en los próximos años. De hecho, los fabricantes de vehículos térmicos están integrando poco a poco las mismas tecnologías de asistencia a la conducción en sus modelos más recientes.
Este avance debería contribuir a mejorar la seguridad general en nuestras carreteras, independientemente del tipo de motor. Sin embargo, sigue siendo fundamental que todos los conductores permanezcan atentos y se adapten a las particularidades de cada tipo de vehículo.
Como conductor, puedes sentirte un poco más seguro cuando un coche eléctrico está detrás de ti en un semáforo en rojo. Sin embargo, hay que estar alerta a los vehículos térmicos que podrían surgir detrás de él, potencialmente menos preparados para su comportamiento único.
Sin duda, la rápida evolución del mercado del automóvil y de las tecnologías a bordo seguirá influyendo en las estadísticas de accidentes en los próximos años. Será interesante seguir estas tendencias para comprender cómo la transición a la electricidad impacta no solo en nuestro medio ambiente, sino también en nuestra seguridad en la carretera.
Escrito por Albert Lecoq
Especialista en guías de compra de coches eléctricos, me apasionan las nuevas tecnologías y soy un firme defensor de la adopción de la tecnología eléctrica y la movilidad sostenible.
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