Se están acumulando montañas de ropa usada en todo el mundo. Ante este problema, el sector textil suizo desea fomentar la economía circular mediante la introducción de un impuesto sobre las compras. Su bajo precio no pretende cambiar el comportamiento del consumidor, sino financiar el reciclaje de ropa vieja.
Según cifras de la Confederación, los suizos compran una media de 60 prendas de vestir al año, o más de una por semana. Gran parte de esta ropa acaba en puntos de recogida, aunque ya no se pueda utilizar. A menudo, la ropa de la que nos deshacemos tampoco se utiliza en los países del Sur. En Ghana, casi el 40% de los productos textiles usados importados terminan directamente en vertederos abiertos, generando montañas de basura.
>> Sobre este tema: Nuestra ropa vieja recorre miles de kilómetros para acabar en los vertederos
Para hacer frente a este fenómeno, la industria textil suiza está considerando un nuevo camino. Siete empresas suizas activas en el sector de la confección – Calida, Odlo, Mammut, PKZ, Radys, Workfashion y Switcher – lanzaron el martes la asociación Fabric Loop, cuyo objetivo es fomentar la economía circular en la industria textil suiza. Para ello, pretenden introducir un impuesto de reciclaje anticipado, destinado a financiar su posterior eliminación.
Contenido externo
Este contenido externo no se puede mostrar porque puede recopilar datos personales. Para ver este contenido debes autorizar la categoría. Niveles de servicios.
Aceptar Más información
No hay deseo de cambiar el comportamiento de compra.
En Suiza ya existen contribuciones de este tipo. Por ejemplo, cada vez que compras una bebida en una botella de PET, pagas un impuesto de 1,8 céntimos. Lo mismo ocurre a la hora de adquirir un dispositivo electrónico, ya sea un teléfono móvil, una computadora o una impresora.
El impuesto sobre la ropa sería una cantidad mínima, del orden de tres a siete centavos por camiseta. Debería permitir recoger textiles que no encuentran comprador en el mercado de segunda mano.
No se trata de cambiar el comportamiento de compra de las personas. Si este fuera el objetivo, las cantidades tendrían que ser mucho mayores, subraya Nina Bachmann, de la Asociación Suiza de Textiles. “La contribución se utiliza para garantizar el reciclaje, la recogida y la clasificación”. En el futuro también debería ser posible reintegrar y reciclar materiales que antes no eran posibles.
El reciclaje químico es caro
Hoy en día, grandes cantidades de textiles no se pueden reciclar con los métodos disponibles actualmente. En el reciclaje mecánico tradicional, las piezas se rompen para obtener nuevas fibras. “El problema es que obtenemos fibras muy cortas, lo que conduce a una menor calidad del tejido reciclado”, explica Tina Tomovic, investigadora de diseño de la Universidad de Lucerna.
Según este experto, el reciclaje químico permite obtener mejores resultados, pero este método apenas está comenzando. Las posibilidades de uso son limitadas y el consumo energético sigue siendo muy elevado. La empresa de recogida de ropa Tell-Tex está proyectando en Sankt Margrethen (SG) una nueva planta de reciclaje de productos químicos, que se espera sea la más grande de su tipo en Suiza. Por tanto, la ropa que ha sido incinerada anteriormente debería poder reutilizarse.
Nuevas normas en la UE a partir de 2026
El problema se conoce desde hace mucho tiempo, entonces ¿por qué el sector textil no toma medidas hasta ahora? “Hace mucho que nos centramos en la producción sostenible, es decir, en la parte inicial de la cadena de suministro”, explica Nina Bachmann. En los últimos años, la industria ha llegado a la conclusión de que es necesaria la introducción de un impuesto al reciclaje.
La investigadora Tina Tomovic también cree que este impuesto es inevitable: “No podremos evitar este paso”. Según ella, es importante que los textiles usados se puedan reutilizar con la mejor calidad posible. Y para ello hay que fomentar las nuevas tecnologías y financiar la construcción de infraestructuras, lo que requiere dinero.
Sin embargo, hasta nuevo aviso no debería existir ninguna regulación estatal al respecto en Suiza. En este sentido, la Unión Europea está más avanzada. En los Estados miembros, los distribuidores deberán participar en la financiación de los sistemas de recogida y reciclaje a partir de 2026.
Raphaël Günther, SRF
Adaptación en francés: Didier Kottelat