ANALIZAR – Aumentar los impuestos a las herencias sería suicida en un país como Francia, que ya grava las herencias y donaciones más severamente que sus vecinos.
Esta es la última idea de moda: ¿y si reformáramos los impuestos a la herencia? Haciéndolos más pesados, naturalmente, porque en este período de escasez presupuestaria hay que traer dinero a las arcas del Estado. Eso sí, el Gobierno ha prometido no tocar la herencia, al menos por el momento. Pero el balón no llegó muy lejos… El 17 de octubre, el Comité de Finanzas, presidido por el Insoumis Éric Coquerel, adoptó una enmienda que prevé gravar al 49% (frente al 45%, el tipo máximo actual) las herencias de más de 3,6 millones de euros.
“Más allá de los 12 millones de euros, me lo llevo todo”, proclama Jean-Luc Mélenchon. Ya no estamos muy lejos de ello en nuestro país, que siempre ha estado enojado con la noción de herencia. “¿Qué has hecho por tanto ? Te tomaste la molestia de nacer y nada más”. Beaumarchais ya estaba indignado, en 1784, en Las bodas de Fígaro. Algunas personas no lo ocultan: sueñan…
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