Ud.Un concierto de trompetas saluda al paso frente al hospital privado de Francheville, en Périgueux (Dordoña). En la acera, los empleados del establecimiento en huelga sostienen carteles: “Basta de negociaciones, queremos soluciones”, “mi vida es una lucha, como mi salario”, “basta de premio de consolación, queremos dinero”…
Este martes 12 de noviembre, por primera vez en quince años, abandonaron el trabajo. En cuestión, las negociaciones anuales obligatorias (NAO) están estancadas desde junio, sin romper el vínculo entre los empleados y la dirección.
“Los empleados quieren sostenibilidad”
Cuando se abrieron las NAO, la dirección puso sobre la mesa un bono de valor compartido (PPV), también llamado “bono Macron”. Puntual, el sobre fue rechazado por “el 90% de los empleados”, precisa Thierry Quenouille, delegado de la CGT y camillero de quirófano. “Eran 250 euros”, continúa su colega de la CFDT, la enfermera Alice Gillard. Durante las conversaciones, la cantidad aumentó a 500 euros, pero la cuenta todavía no estaba: “Los empleados quieren algo duradero. »
Se propuso otro sistema: una prima de asistencia, “de 54 euros brutos mensuales a tiempo completo”, indica el delegado de la CFDT. Nuevamente la propuesta fue rechazada porque “no nos pusimos de acuerdo en el monto”. Sin olvidar que, desde el punto de vista de las organizaciones sindicales, el bono es una poderosa palanca directiva en manos de la dirección, “que puede hacer que salte el primer día de baja. »
Pierre Malterre, director general del establecimiento, no refuta este punto, “pero el diálogo no está roto”, modera a modo de mano tendida para que continúen las negociaciones.
“Es una necesidad”
Al frente del hospital privado adquirido hace un año por el grupo Bordeaux Nord Aquitaine (GBNA), desea recordar el contexto del movimiento: “Los precios de los procedimientos médicos los fija el Estado, que no se ha revalorizado cuando la inflación se ha disparado en los últimos años, en particular el aumento desenfrenado del coste de la energía. El efecto tijera es implacable. »
“Esta inflación que sufre la empresa también la sufren los empleados”, prosigue. Este contexto nacional ha repercutido en las OAN, con “primas que deben mantenerse dentro de lo razonable”. Como establecimiento privado, Francheville debe “al menos alcanzar el punto de equilibrio para poder seguir invirtiendo y atendiendo a los pacientes. Es una necesidad”, insiste.
Además de un aumento salarial demasiado frugal para los gustos del personal, esta situación ha llevado, al mismo tiempo, a la dirección a aumentar los ritmos de trabajo. Pierre Malterre no lo oculta: “Para compensar, debemos crear valor y, por tanto, trabajar más. Esto concierne a todas las acciones. No sólo aquellos que se consideran rentables. » De ahí el “deterioro de las condiciones laborales” denunciado por los sindicatos.
Esta huelga de los empleados de Francheville, que afecta a todos los organismos, servicios y profesiones de la clínica, ha provocado que se limite su actividad: de las 80 operaciones previstas para este martes 12 de noviembre, sólo se mantuvieron una quincena. Como el aviso previsto es ilimitado, se renovará el miércoles 13 de noviembre, “a la espera de una respuesta de la dirección”, desliza Thierry Quenouille.