- Autor, lily jamali
- Role, Corresponsal de San Francisco
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hace 12 minutos
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca también podría resultar una victoria para uno de sus partidarios más visibles: Elon Musk.
El hombre más rico del mundo pasó la noche electoral en Florida con Trump en su resort Mar-a-Lago mientras llegaban los resultados.
“El pueblo estadounidense le ha dado a @realDonaldTrump un mandato claro para el cambio esta noche”, escribió Musk en la plataforma de redes sociales X, ya que la victoria de Trump parecía casi segura.
Durante su discurso de victoria en el Centro de Convenciones de Palm Beach, Trump pasó varios minutos elogiando a Musk y relatando el aterrizaje exitoso de un cohete fabricado por una de las empresas de Musk, SpaceX.
Musk brindó su apoyo al republicano casi inmediatamente después del intento de asesinato de Trump en Butler, Pensilvania, en julio.
Como uno de los mayores patrocinadores del presidente electo, el multimillonario tecnológico ha donado más de 119 millones de dólares (92 millones de libras esterlinas) para financiar un Super PAC destinado a la reelección de Trump.
También pasó las últimas semanas previas al día de las elecciones liderando una campaña para conseguir el voto en estados clave, que incluía la donación de 1 millón de dólares diarios a los votantes de esos estados. Esta operación fue objeto de un recurso judicial, pero un juez dictaminó posteriormente que podía continuar.
Habiendo puesto su nombre, su dinero y su plataforma al servicio de Trump, Musk tiene mucho que ganar con la reelección de este último.
El presidente electo dijo que durante su segundo mandato invitaría a Musk a ser parte de su administración para eliminar el despilfarro gubernamental.
Musk llamó a esta posible iniciativa “Departamento de Eficiencia Gubernamental” (DOGE), el nombre de un meme y una criptomoneda que popularizó.
El empresario también podría beneficiarse de la presidencia de Trump a través de su participación en SpaceX, que ya domina el negocio de enviar satélites gubernamentales al espacio.
Con un aliado cercano en la Casa Blanca, Musk podría buscar capitalizar aún más estos vínculos gubernamentales.
Musk ha criticado a rivales como Boeing por la estructura de sus contratos gubernamentales, que según él desalientan completar proyectos dentro del presupuesto y a tiempo.
SpaceX también se ha embarcado en la construcción de satélites espías en un momento en que el Pentágono y las agencias de espionaje estadounidenses parecen dispuestas a invertir miles de millones de dólares en ellos.
Tesla, el fabricante de vehículos eléctricos de Musk, podría beneficiarse de una administración que, según Trump, se definiría por “la carga regulatoria más baja”.
El mes pasado, la agencia estadounidense responsable de regular la seguridad en las carreteras reveló que estaba investigando los sistemas de software de conducción autónoma de Tesla.
Musk también ha sido criticado por supuestamente intentar impedir que los trabajadores de Tesla se sindicalicen. El United Auto Workers presentó una denuncia por prácticas laborales injustas contra Trump y Musk después de que este último discutiera el presunto despido de trabajadores en huelga por parte de Musk durante una conversación en X Network.
Trump también prometió reducir los impuestos a las corporaciones y a los ricos.
Es otra promesa que Musk probablemente espera cumplir.