Demasiados padres cometen este error en su declaración de impuestos y se arriesgan a una auditoría fiscal.

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Un error al presentar una declaración de impuestos puede privar al contribuyente de ciertas reducciones de impuestos e incluso puede resultar en una auditoría fiscal.

Un gasto olvidado, una casilla marcada mal, unos ingresos subestimados… El dolor de cabeza que supone presentar la declaración de la Renta suele ser fuente de errores para los millones de contribuyentes que deben cumplimentar el formulario cada año. Desafortunadamente, estos errores a veces pueden resultar muy costosos.

En el mejor de los casos, impiden que determinados hogares se beneficien de varias reducciones fiscales a las que normalmente tienen derecho. En el peor de los casos, los errores atraen la atención de las autoridades fiscales, que pueden iniciar una auditoría fiscal. Incluso si el derecho a cometer un error existe en el código tributario, la Dirección General de Finanzas Públicas (DGFIP) puede decidir sancionar a un contribuyente por “declaración falsa” o “declaración errónea”. El resultado: sanciones, multas y trámites kafkianos.

Por lo tanto, debemos estar especialmente atentos, ya que el más mínimo paso en falso corre el riesgo de distorsionar los cálculos de la administración tributaria. Por tanto, el importe del impuesto sobre la renta no será correcto. Según la DGFIP, los padres son las personas que más errores cometen cada año en sus declaraciones de la Renta. Aunque los obstáculos son recurrentes, pueden evitarse fácilmente.

Uno de los errores más frecuentes que detecta cada año la DGFIP consiste en introducir una casilla equivocada al declarar la pensión alimenticia. Las casillas a utilizar son 6EL para deducir las pensiones pagadas a hijos adultos y 6GU para la mayoría de las demás pensiones. Sobre todo, no se debe declarar la pensión alimenticia en la casilla 6DD dedicada a “otras deducciones”. Por último, una persona que recibe una pensión no debe olvidar sumar el importe de esta última a estos ingresos percibidos durante el año.

Otro error común: declarar incorrectamente los hijos tras un divorcio. Un mismo hijo no puede ser declarado dependiente por ambos padres separados. En caso de custodia compartida, se deberán indicar los hijos en el apartado dedicado para que se distribuyan las cuotas tributarias. Sin custodia se puede deducir la pensión alimenticia pagada pero no los hijos.

Demasiados padres también olvidan cada año declarar los ingresos del trabajo de sus hijos dependientes en las casillas 1CJ o 1DJ. Dentro de determinados límites, la remuneración percibida por un hijo a cargo está exenta de impuestos (hasta 5.204 euros para trabajos de estudiantes, 20.815 euros para prácticas y aprendizaje).

Algunos padres declaran erróneamente gastos que supuestamente les dan derecho a créditos fiscales. En cuanto a los gastos de cuidado de niños menores de 6 años, es especialmente importante no incluir en la declaración los gastos de alimentación o asistencia social como la libre elección del suplemento por cuidado de niños (CMG).

Otras familias se olvidan de declarar las tasas escolares a pesar de que ofrecen una reducción de impuestos que oscila entre 61 y 183 euros para los hijos de secundaria, bachillerato y estudiantes. Deberán indicarse en las casillas 7EA o 7EB (si custodia compartida).

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