Cultura: De vuelta, el Festival Gibloux pide ayuda simbólica

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Corren tiempos difíciles en el sector de eventos de Friburgo. El Festival Gibloux no es una excepción a la regla: para sobrevivir, pasa a una fórmula de pago, adaptada a todos los bolsillos. Confiados, los organizadores revelan el programa.

Nostromo, presente en el escenario del Abyss Festival en 2018, regresará a Friburgo para el Festival Gibloux 2024 © Vincent Levrat.

Nostromo, presente en el escenario del Abyss Festival en 2018, regresará a Friburgo para el Festival Gibloux 2024 © Vincent Levrat.

Publicado el 09/05/2024

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

Seguirá celebrándose en el bosque, siempre el primer fin de semana de julio, pero ahora habrá que pagar una cantidad simbólica para poder asistir a las diferentes actuaciones del Festival Gibloux. Las ayudas recibidas por la organización del evento subterráneo del sarín son insuficientes para mantener una fórmula idéntica sin repercusiones financieras. Por ello, los organizadores han decidido acercarse a los asistentes al festival, que son los primeros afectados, pidiéndoles apoyo durante la próxima edición, los días 6 y 7 de julio. “Ofrecemos una gama de diferentes precios, siendo el más barato 5 francos para los dos días del festival”, indica Léo Tona, presidente del Festival Gibloux. El director de patrocinio, Dario Eberli, responde: “La gente puede elegir el precio que quiere poner, dependiendo del apoyo que pueda o quiera dar al evento”.

Así, sólo es posible pagar cinco francos por los dos días de la fiesta, pero la subida hasta el lugar, en el bosque, se hace a pie. “Hemos organizado un servicio de transporte desde Vuisternens-en-Ogoz que dejará al público en las puertas del festival”, afirma Dario Eberli. Para beneficiarse de esta oferta además de los dos días del festival, la entrada cuesta 10 francos. Tenga en cuenta que también está disponible un paquete de soporte de 30 francos.

Recordemos que los organizadores ya habían intentado ofrecer un premio acumulado a los espectadores, sin conseguirlo. De hecho, las diez primeras ediciones del festival, creado en 1986, ya fueron rentables. “La primera edición gratuita, en 1997, fue gratuita porque los artistas actuaron voluntariamente, en apoyo del festival”, asegura Léo Tona. Se trata, por tanto, de un retorno a la fórmula original, ya que el apoyo de la Loterie Romande y del municipio resultó menos significativo de lo esperado.

Música sin barreras

A recaudación de fondos También se lanzó con el objetivo de alcanzar los 30.000 francos. “Esto nos permitiría equilibrar nuestras cuentas”, señala Dario Eberli, “hemos recibido pocas respuestas a nuestras solicitudes de apoyo de las fundaciones”. A pesar del precio de la entrada, el principal ingreso de los dos días de festividad sigue siendo el consumo in situ, cuyo precio no variará. “Pero también esperamos financiar la próxima edición de esta manera y sin pedir donaciones. Los precios de las entradas deberían cubrir el riesgo de quedarse sin fondos para 2025”, subraya.

“Tenemos que reinventarnos para encontrar fondos”
Dario Eberli

Aunque sea de pago, el festival no estará rodeado de vallas. “Es complicado, ya que el lema Liberen a Gibloux encaja con el evento, pero sigue siendo un evento basado en la confianza”, insiste Léo Tona. En lugar de barreras, se distribuirán pulseras entre los espectadores, lo que permitirá controlar la edad. El festival se desarrolla en el campo, al borde del bosque, en el lugar de la cabaña de Vuisterna, en Vuisternens-en-Ogoz. “Estamos en contacto con el Servicio Forestal y de la Naturaleza (SFN), que nos conoce desde hace mucho tiempo”, explica Dario Eberli. Un nuevo festival probablemente no podría ofrecer semejante fórmula en medio de un entorno natural”. Y su colega añadió que “se están tomando muchas medidas para limitar el impacto en la naturaleza circundante”.

Para no traicionar la identidad del festival, la organización se niega a operar mediante publicidad. “No queremos tener que exhibir carteles promocionales en todos los rincones del sitio”, dice el presidente. Es con este deseo de independencia que el comité prepara la edición 2024 del Festival Gibloux, con total confianza: “La gente entenderá, asegura Dario Eberli, estamos en el mismo problema que Fri-Son, debemos reinventarnos para poder encontrar fondos”.

El metro en el punto de mira

También en la famosa sala de conciertos de la capital cantonal los organizadores dieron a conocer su programa el jueves por la noche. El grupo de metal ginebrino Nostromo es el cabeza de cartel del viernes, junto con Hyperculte, un grupo de postpunk también de la ciudad a orillas del lago Lemán. Ventre de biche y Otto serán los dos grupos principales de la noche del sábado. En total, una veintena de grupos y artistas actuarán en los distintos escenarios del festival. “También queremos destacar a los artistas de Friburgo, siempre con un ADN alternativo, pero sobre todo cualitativo”, insiste Dario Eberli.

Paralelamente, durante la jornada del sábado están previstas actividades para niños, organizadas por la asociación Papille-ON, que conciencian a los jóvenes sobre una alimentación sostenible y responsable. “Las actividades se centrarán en particular en el medio ambiente y la ecología”, explica Léo Tona. Los niños del distrito escolar de Vuisternens-en-Ogoz crearán land art en el camino que conduce al lugar del evento.

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