Viajes en avión: ¿Alguna vez ha viajado con un pasajero molesto?

Viajes en avión: ¿Alguna vez ha viajado con un pasajero molesto?
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Los asistentes de vuelo tienen fama de mostrar cortesía en todas las situaciones. Sin embargo, el comportamiento de ciertos pasajeros es suficiente para irritarlos. La revista americana “Travel + Leisure” realizó una encuesta entre profesionales para determinar qué situaciones les irritaban más.

El vuelo se retrasa, el pasajero que va detrás entra en pánico al pensar en perder su conexión y llama inmediatamente a la azafata. Esto no sólo tiene el don de molestar a los pasajeros de alrededor. Según la encuesta, llamar a los asistentes de vuelo para cualquier cosa es prohibitivo.

Esto es tanto más molesto cuanto que el personal a bordo muchas veces no dispone de la información necesaria sobre las plagas. Entrevistados por Travelbook, los asistentes de vuelo dijeron que la mayoría de las veces ellos mismos eran informados del retraso al mismo tiempo que los pasajeros. La hora exacta de llegada y el número de la puerta de embarque generalmente no se conocen hasta el último minuto.

Algunos pasajeros duermen y pierden el servicio de comidas a bordo. Cuando se despiertan, su estómago pide a gritos hambre. Luego llaman a un miembro de la tripulación a quien le piden que les caliente la comida. Una situación considerada irritante porque representa una sobrecarga de trabajo. Muchas veces tendemos a olvidarlo, pero el personal a bordo de un avión tiene una agenda muy apretada, especialmente para un vuelo corto.

Como muestra la encuesta, los pasajeros que piden un vaso de agua nada más terminar el embarque también tienen una manera de molestar a los asistentes de vuelo. Las azafatas entrevistadas creen que los clientes tienen tiempo suficiente para saciar su sed antes de embarcar.

Algunos pasajeros no dudan en agarrar el brazo o la pierna de una azafata o azafata para llamar su atención. Un comportamiento, además, considerado muy desagradable por los empleados.

Los tripulantes entrevistados señalan que llevan una placa con su nombre para facilitar el acercamiento de un pasajero a ellos. Pero “nada nos impide utilizar las viejas expresiones de cortesía”.

Los pasajeros que se desabrochan el cinturón de seguridad mientras las luces aún están encendidas son igualmente exasperantes. Cuando la luz está encendida (durante el despegue, el aterrizaje y en caso de turbulencias), indica una situación potencialmente peligrosa. Cualquier movimiento realizado en este momento supone un riesgo de lesión.

Según una azafata alemana entrevistada por Travelbook, no es necesario levantarse inmediatamente después del aterrizaje, ya que las puertas del avión todavía están cerradas y nadie puede bajar en ese momento. “También puede ser bastante peligroso, especialmente en caso de una frenada de emergencia”, explica.

Algunos pasajeros sobrecargados no dudan en recurrir a una azafata para que les ayude a manejar su equipaje de mano. Sin embargo, esta tarea no entra dentro de las funciones de los asistentes de vuelo. Según “Travelbook”, determinadas pólizas de seguro de compañías aéreas no cubren los accidentes laborales sufridos por un miembro de la tripulación, cuando este último resulta herido mientras levantaba el equipaje.

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