Zimbabwe sacrificará 200 elefantes para hacer frente a la escasez de alimentos causada por la peor sequía en décadas en el sur de África, dijo el viernes la autoridad de vida silvestre, siguiendo el reciente ejemplo de Namibia.
El país tiene “más elefantes de los que necesita”, dijo el miércoles al Parlamento el ministro de Medio Ambiente de Zimbabwe, añadiendo que había ordenado el sacrificio a la Autoridad de Parques y Vida Silvestre de Zimbabwe (ZimParks).
Los 200 elefantes serán cazados en zonas de conflicto con poblaciones humanas en la reserva natural de Hwange, la más grande del país, explicó a la AFP el director general de ZimParks, Fulton Mangwanya.
Se estima que el número de elefantes en Zimbabue es de 100.000, el segundo más grande del mundo después de Botsuana.
ZimParks afirma que sólo en Hwange hay 65.000, cuatro veces más de los que el parque puede albergar.
Namibia anunció a principios de septiembre que había comenzado a sacrificar más de 700 animales salvajes, incluidos 83 elefantes, en lo que el gobierno dijo era un plan para alimentar a la población afectada por la sequía y al mismo tiempo aliviar la presión sobre los pastos y los recursos hídricos afectados por la sequía.
Zimbabwe y Namibia se encuentran entre los países del sur de África que han declarado estado de emergencia debido a la sequía.
“El gobierno debería encontrar formas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente de lidiar con la sequía”, dijo Farai Maguwu, director del Centro de Gestión de Recursos Naturales, una ONG.
“Debemos detener esto porque no es ético”, añadió.
Chris Brown, ecologista y director de la Cámara de Medio Ambiente de Namibia, señala sin embargo que “los elefantes tienen un efecto devastador sobre el hábitat natural si se les permite multiplicarse exponencialmente”.
“Dañan el ecosistema y los hábitats naturales (…) de otras especies menos emblemáticas y que por tanto importan menos a los ojos de los ecologistas de sillón sentados en la ciudad”, denuncia, “estas especies importan tanto como los elefantes”, en un contexto donde los hábitats y los recursos hídricos se ponen a prueba por la sequía.
El último sacrificio de elefantes en Zimbabue tuvo lugar en 1988.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) estima que en el continente sólo quedan unos 415.000 elefantes (frente a los 3 a 5 millones que había a principios del siglo XX). Los elefantes asiáticos y africanos se consideran en peligro de extinción, con excepción de las poblaciones de Sudáfrica, Botsuana, Namibia y Zimbabue, que se consideran sólo “vulnerables”.
cadena/zam/gs/ayv/lpt
