La Haya (awp/afp) – El fabricante europeo de equipos para la industria de semiconductores informó el miércoles de una caída interanual de su beneficio neto en el primer trimestre de 2024, en un contexto de tensiones internacionales con China.
El beneficio neto se situó en 1.200 millones de euros (apenas menos en francos suizos), indicó la empresa en un comunicado de prensa, frente a los casi 2.000 millones de euros del primer trimestre de 2023.
El grupo registró una caída de los pedidos en un año, hasta 3.600 millones de euros, frente a los 3.750 millones del mismo período del año pasado. En el último trimestre de 2023 ascendieron a 9.200 millones de euros.
Resultados en línea con las expectativas, según el director general de ASML, Peter Wennink, quien recordó que 2024 es un “año de transición” para el grupo antes de que se espere un “crecimiento significativo” en 2025.
“Nuestras perspectivas para todo 2024 se mantienen sin cambios”, subrayó, citado en el comunicado de prensa.
“La segunda mitad del año debería ser más fuerte que la primera, en línea con la recuperación continua del sector después de la desaceleración económica”, dijo.
Durante todo el año 2023, el grupo registró un beneficio neto de 7.800 millones de euros, frente a 5.600 millones de euros en 2022.
ASML, con sede en Veldhoven, en el sur de los Países Bajos, es uno de los principales fabricantes mundiales de equipos para fabricar chips de última generación que alimentan muchos productos, desde teléfonos móviles hasta automóviles.
Pero la industria de los semiconductores se ha convertido en un campo de batalla geopolítico.
Los Países Bajos se unieron recientemente a Estados Unidos y Japón para imponer límites a las exportaciones de equipos avanzados de fabricación de chips, con el objetivo de impedir que Beijing adquiera los chips más avanzados que podrían usarse en armas y alta tecnología.
China ha calificado las restricciones a las exportaciones de “terrorismo tecnológico”.
El contexto de tensiones comerciales con China también hace temer que Pekín introduzca sus propios controles a las exportaciones de galio y germanio, dos metales raros esenciales para la fabricación de semiconductores.
A pesar de estos vientos en contra, los altos funcionarios de ASML han insistido periódicamente en que la empresa está bien posicionada para capear la tormenta geopolítica.
ASML emplea a unas 40.000 personas en todo el mundo, más de la mitad de las cuales trabajan en su enorme complejo de Veldhoven, al suroeste de Eindhoven, y una proporción importante de ellas procede del extranjero.
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