Clasificadas por la asociación Paysages de France, descubra qué ciudades se ven recompensadas con esta ignominiosa lista.
Cada año, la asociación Paysages de France recorre el país en busca de las ciudades donde la contaminación visual es más evidente. Armados con sus cámaras, los miembros de la asociación rastrean anuncios invasivos, áreas comerciales en expansión y otros defectos del paisaje. Su objetivo no es estigmatizar a estos municipios sino alertar sobre la degradación de nuestros paisajes urbanos en nombre del “progreso” y la “modernidad”.
Para su última edición del Prix de la France Moche, cuatro ciudades fueron seleccionadas en los cuatro rincones del país (o casi): En Honfleur, un pequeño y encantador puerto pesquero normando, fue la entrada de la ciudad la que ganó el premio. Atención cazadores de fealdad. “Lonas, paneles, pancartas, tótems, banderas, elijan, ¡todas las marcas en oferta!”, la asociación está indignada por la proliferación anárquica de anuncios.
En Morbihan, las famosas alineaciones megalíticas de Carnac recibieron irónicamente el “Premio Obelix 2.0”. La razón: los numerosos bloques de plástico instalados justo al lado de los majestuosos menhires milenarios. Un anacronismo visual que no escapó a la aguda mirada de Paysages de France. Dirección de los Vosgos para el tercer elegido. El área comercial Pré-Droué de Chavelot fue premiada en la categoría “Rozamos el exceso con estas pancartas que se prohibirán”. Hay que decir que los innumerables carteles de colores amontonados allí no son una oda a la sobriedad…
Finalmente, sorpresa, ¡la capital no escapa a la lista! Se trata de un gigantesco cartel publicitario, pegado en la Place des Vosges durante las obras, que le ha valido a París la distinción de ser una de las grandes ciudades más feas de Francia. “Es una pena que aquí un árbol estropee la vista del pub”, bromea la asociación.
Aunque el Premio Francia Fea pueda hacerte sonreír, parece que está dando sus frutos. Dos de los cuatro municipios señalados durante la edición anterior retiraron inmediatamente los anuncios incriminatorios. Prueba de que los funcionarios electos locales toman en serio esta ignominiosa clasificación. Entonces, ¿qué ciudad tendrá el coraje de lanzar una gran operación de “democificación” para evitar ser señalada en la próxima edición?
