Achraf Hakimi gana el Trofeo de Campeones contra Eliesse Ben Seghir

Achraf Hakimi gana el Trofeo de Campeones contra Eliesse Ben Seghir
Achraf Hakimi gana el Trofeo de Campeones contra Eliesse Ben Seghir
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París, soberano en la Ligue 1, tiene en la mira los partidos decisivos para su futuro en la Liga de Campeones, los días 22 y 29 de enero contra Manchester City y Stuttgart.

Dembélé no siempre es el más ejemplar de los atacantes, entre fallos de cara a la portería y una actitud a veces desenfadada, hasta el punto de provocar tensiones con Luis Enrique en la primera parte de la temporada.

Pero acaba de hacer un gran servicio a su jefe y a todo el PSG, que hace tiempo que tropieza con un buen Mónaco, deseoso de vengarse de la derrota en casa del 18 de diciembre en la Ligue 1 (4-2). Porque una derrota del PSG en el país de su dueño habría quedado mal.

Tras la cancelación del evento previsto en China, fue Qatar, el estadio 974 y sus famosos contenedores los que acogieron el encuentro. A pesar de los precios tan atractivos, el lugar estaba lejos de estar lleno. Los Ultras de la grada de Auteuil del PSG no acudieron. Pero allí estaban el emir de Qatar y el presidente de la FIFA, Gianni Infantino.

París jugaba “en su segunda casa”, según Luis Enrique, y como lo demuestran los vítores a cada aceleración parisina.

En la primera parte, el PSG volvió a las carencias de la primera mitad de la temporada, con importantes derroches ofensivos. A partir del tercer minuto, la falta de capacidad de respuesta de Ousmane Dembélé, colocado en el falso 9, subrayó la ausencia de Gonçalo Ramos, un auténtico 9, que quedó en el banquillo.

Borrador

Désiré Doué, en buena forma antes de las vacaciones de Navidad, encontró el larguero tras un error del portero del Mónaco Philipp Köhn (9º). Y Joao Neves en una buena recuperación (10.º), Ousmane Dembélé dos veces tras romper el eje (21.º, 23.º) o incluso Lee Kang-in justo antes del descanso carecieron de precisión.

El Mónaco no se rindió y libró una gran batalla en el centro del campo. Maghnes Akliouche, muy animado, puso a prueba a Gianluigi Donnarumma, que había salvado una cicatriz impresionante de un choque con Wilfried Singo durante el reciente enfrentamiento contra el Mónaco el 18 de diciembre. Sin embargo, el portero italiano estuvo en forma el domingo y realizó una buena copia.

Sin embargo, el partido estuvo complicado por momentos, y más aún en la segunda parte. Empezó bastante bien, con un balón que circuló muy rápido de un extremo al otro del campo y muchas situaciones interesantes: un disparo demasiado suave a quemarropa de Ben Seghir (53), Doué que cometió el mismo pecado de juventud en la contra. -ataque que sigue, un poste de Vanderson en el siguiente, una entrada de Caio Henrique contra Hakimi, en una situación ideal a seis metros, Hakimi que quiere deslizar el balón más allá del primer poste pero tropieza Kohn…

El portero suizo, habitual sustituto del lesionado Majecki, casi enfermó a los parisinos, ya que luego derrotó a Ramos a quemarropa, provocando una enorme emoción en la grada.

Pero el público qatarí finalmente pudo exultar durante un desborde victorioso de Fabián Ruiz, que envió un centro rizado que superó por poco a Hakimi antes de ser atrapado a pesar del complicado rebote de Ousmane Dembélé (90+2).

Los jugadores parisinos en el campo y en el banquillo se apresuraron a rodearlo y hasta el flemático asesor deportivo Luis Campos, en la zona técnica, daba grandes saltos. Akliouche suspiró angustiado.

Par Le360 (con AFP)

05/01/2025 a las 20:14

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